ONU: Evidencias de violencia sexual en ataque de Hamás a Israel.
Una misión de Naciones Unidas ha informado que existen «argumentos razonables» y evidencias de violencia sexual en los ataques llevados a cabo por Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre, desencadenando el conflicto que aún persiste. Aunque la misión no logró entrevistar a ninguna víctima directa, la representante especial de la ONU sobre violencia sexual en conflictos, Pramila Patten, afirmó haber acumulado información sustancial tras visitar Israel y la Cisjordania ocupada.
El informe indica que se encontraron «argumentos razonables para creer que ocurrió violencia sexual (…) en varios lugares en los ataques del 7 de octubre». Patten también advirtió sobre la posibilidad de que la violencia sexual continúe afectando a los rehenes en la Franja de Gaza. Sin embargo, el gobierno israelí informó a la misión que no pudieron reunirse con las víctimas, ya que estas estaban traumatizadas y en proceso de recuperación.
La misión, que no tenía un carácter investigador, se centró en la «recogida, análisis y verificación de alegaciones». Se realizaron reuniones con instituciones nacionales israelíes y se entrevistaron confidencialmente a 34 personas, incluyendo testigos y sobrevivientes de los ataques de Hamás. El informe destaca que la misión no pudo «establecer la prevalencia de la violencia sexual» y sugiere que una investigación completa sería necesaria para conocer la magnitud y detalles específicos de estos crímenes.
El comunicado también menciona que la verdadera prevalencia de la violencia sexual en los ataques de octubre podría tardar meses o años en manifestarse, y podría no conocerse completamente. A pesar de esto, la misión de la ONU sostiene que existen «argumentos razonables» para creer que hubo violaciones, algunas de ellas grupales, en el festival musical Nova y áreas cercanas. Se señala un «patrón» de víctimas, mayormente mujeres encontradas desnudas, atadas y con disparos, aunque se descarta un «patrón discernible» de mutilación genital. Además, la misión no pudo verificar algunos informes de violación y desestimó al menos dos acusaciones de violencia sexual en el «kibbutz» Be’eri por falta de fundamento.