Israel reafirma que no habrá alto el fuego permanente hasta eliminar a Hamás
El 1 de junio de 2024, el gobierno de Israel, encabezado por el primer ministro Benjamín Netanyahu, reafirmó que no habrá un alto el fuego permanente en la Franja de Gaza hasta que Hamás sea completamente eliminado. Esta postura se mantiene firme en medio de una intensa y prolongada ofensiva militar contra el grupo islamista, la cual ha resultado en numerosas bajas y una significativa destrucción en Gaza.
La tensión entre Israel y Hamás ha sido una constante en el Medio Oriente desde la fundación del Estado de Israel en 1948 y la posterior formación de Hamás en 1987. Hamás, considerado por muchos países, incluyendo Israel y Estados Unidos, como una organización terrorista, ha controlado la Franja de Gaza desde 2007. El conflicto actual, intensificado en los últimos meses, ha visto ataques aéreos, incursiones terrestres y un bloqueo estricto por parte de Israel.
En un comunicado reciente, la oficina de Netanyahu reiteró que la eliminación de las capacidades militares y de gobierno de Hamás es un objetivo innegociable. Israel no está dispuesto a considerar un alto el fuego permanente hasta lograr este objetivo, a pesar de la creciente presión internacional para detener la violencia y comenzar las negociaciones de paz.
Aunque Israel ha autorizado a sus negociadores a presentar un borrador de tregua a Hamás, el objetivo principal es liberar a los secuestrados israelíes retenidos por el grupo. Sin embargo, Netanyahu ha dejado claro que esta tregua no significa el fin del conflicto hasta que Hamás no sea completamente neutralizado.
Hamás ha respondido positivamente a la propuesta de tregua en términos de un alto el fuego definitivo, la retirada de las fuerzas israelíes de Gaza, la reconstrucción del territorio y el intercambio de prisioneros. Sin embargo, insisten en que cualquier acuerdo debe incluir el fin de la guerra en Gaza, donde han muerto más de 36,200 personas según fuentes médicas vinculadas a Hamás.
El conflicto ha tenido un impacto devastador en la población civil de Gaza. La infraestructura esencial, incluyendo hospitales, escuelas y viviendas, ha sido gravemente dañada. Las organizaciones humanitarias han denunciado la situación como una crisis humanitaria, con miles de desplazados y un sistema de salud al borde del colapso.
La comunidad internacional ha pedido repetidamente un alto el fuego inmediato y el inicio de negociaciones de paz. Naciones Unidas, la Unión Europea y diversos países han instado a ambas partes a detener la violencia y buscar una solución pacífica. Sin embargo, las declaraciones de Israel han dejado claro que no cederán hasta cumplir sus objetivos militares.
Estados Unidos ha jugado un papel crucial en la mediación del conflicto, apoyando firmemente el derecho de Israel a defenderse mientras también intenta moderar la respuesta militar israelí. La administración Biden ha propuesto varias iniciativas de paz, aunque hasta ahora no han tenido éxito en detener la escalada del conflicto.
Mientras tanto, la situación en Gaza sigue siendo crítica. Los ataques aéreos israelíes continúan, y Hamás sigue lanzando cohetes contra ciudades israelíes. La vida cotidiana en Gaza está marcada por la constante amenaza de violencia, y la población sufre escasez de alimentos, agua y medicinas.
El futuro del conflicto entre Israel y Hamás sigue siendo incierto. A corto plazo, parece improbable que se alcance un alto el fuego permanente. Las demandas de Israel para la eliminación de Hamás como una fuerza militar y de gobierno en Gaza parecen ser una condición insuperable para cualquier acuerdo de paz.
