Japón denuncia la entrada de un barco militar chino en sus aguas territoriales

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El gobierno de Japón ha presentado una enérgica protesta ante China tras denunciar la incursión de un barco militar chino en sus aguas territoriales. Este incidente, que tuvo lugar en un contexto de crecientes tensiones entre las dos potencias asiáticas, ha avivado las preocupaciones sobre la estabilidad en la región del Mar de China Oriental, una zona de importancia estratégica que ha sido escenario de múltiples disputas territoriales a lo largo de los años.

El Ministerio de Defensa de Japón informó que el barco, identificado como un destructor de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China, ingresó en las aguas territoriales japonesas en la madrugada del 31 de agosto de 2024, cerca de las islas Senkaku, un archipiélago administrado por Japón pero reclamado por China, que lo denomina Diaoyu. Según los informes, el barco chino permaneció en la zona durante varias horas antes de retirarse tras las repetidas advertencias emitidas por las Fuerzas de Autodefensa de Japón.

El ministro de Defensa japonés, Yasukazu Hamada, condenó enérgicamente la incursión y calificó el acto como una violación flagrante de la soberanía de Japón. En una declaración oficial, Hamada expresó su preocupación por el aumento de la actividad militar china en las cercanías de las islas Senkaku y señaló que este tipo de acciones solo sirven para desestabilizar la paz y la seguridad en la región.

«Japón no tolerará ninguna violación de su soberanía territorial. Hemos presentado una protesta formal a través de los canales diplomáticos y exigimos que China tome medidas para evitar que incidentes similares ocurran en el futuro», afirmó Hamada.

En respuesta a la protesta japonesa, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China emitió un comunicado en el que reafirmó su reclamo sobre las islas Diaoyu y defendió la presencia del barco militar en la zona. Según Beijing, las islas forman parte del territorio chino desde tiempos antiguos, y la patrulla del destructor en la región fue una operación rutinaria para «proteger la integridad territorial» de China.

«Las islas Diaoyu y sus aguas adyacentes son parte del territorio inherente de China. Las actividades del barco chino en esta área son legítimas y están en conformidad con el derecho internacional», declaró el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, quien también instó a Japón a «respetar los hechos históricos y el statu quo» para evitar una escalada de tensiones.

Las islas Senkaku/Diaoyu han sido un punto álgido en las relaciones sino-japonesas durante décadas. Aunque administradas por Japón, China ha sostenido durante mucho tiempo que las islas pertenecen a su territorio, basándose en registros históricos y mapas antiguos. Japón, por su parte, afirma que las islas fueron incorporadas formalmente a su territorio en 1895, antes de la guerra con China, y que no estaban bajo soberanía de ningún estado en ese momento.

La disputa se ha intensificado en los últimos años, especialmente después de que el gobierno japonés comprara tres de las islas a un propietario privado en 2012, una medida que provocó protestas masivas en China y un deterioro significativo en las relaciones bilaterales. Desde entonces, la región ha sido testigo de frecuentes incursiones de barcos y aviones militares chinos, lo que ha llevado a Japón a reforzar su presencia militar en el área y a fortalecer sus alianzas con Estados Unidos y otros países de la región.

El reciente incidente es solo uno de muchos en una serie de interacciones tensas entre China y Japón en el Mar de China Oriental. La creciente militarización de la región, impulsada por los intereses estratégicos y económicos de ambas naciones, ha generado preocupaciones entre los expertos en seguridad sobre la posibilidad de un conflicto accidental que podría escalar rápidamente.

El Mar de China Oriental no solo es importante por su valor estratégico, sino también por sus ricos recursos pesqueros y posibles reservas de hidrocarburos. Las islas Senkaku/Diaoyu están situadas en una ruta marítima crucial que conecta el Pacífico occidental con el Océano Índico, y su control es visto como vital para la proyección de poder en la región.

En respuesta a la presencia militar china, Japón ha incrementado sus ejercicios militares y ha fortalecido su cooperación con Estados Unidos, que mantiene una alianza de defensa mutua con Tokio. Washington ha dejado claro que las islas Senkaku están cubiertas por el Tratado de Seguridad entre Estados Unidos y Japón, lo que significa que cualquier ataque contra las islas desencadenaría una respuesta militar estadounidense.

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