Victoria Villarruel frena el ascenso de seis altos Jefes del Ejército y la Armada

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La vicepresidenta de Argentina, Victoria Villarruel, ha generado una sorpresa en el ámbito militar y político al frenar el ascenso de seis altos jefes del Ejército y la Armada. Esta decisión ha sido justificada por una supuesta «falta de consenso», aunque detrás de esta medida se esconden motivaciones políticas complejas. Este artículo explora en detalle los eventos, las figuras involucradas y las posibles implicaciones de esta decisión.

Villarruel decidió separar seis legajos de más de 300 que fueron aprobados por la Comisión de Acuerdos del Senado. Entre los afectados se encuentran el general de brigada Jorge Berredo y el contraalmirante Juan Carlos Coré, figuras de gran peso en las Fuerzas Armadas argentinas. Berredo, Comandante Operacional de las Fuerzas Armadas, y Coré, Comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada Argentina, quedaron a un paso del retiro efectivo.

La vicepresidenta argumentó que la decisión se debió a la falta de consenso en la aprobación de los pliegos. Este mismo argumento se utilizó para los generales de brigada Roberto Agüero y Aldo Ferrari y los coroneles mayor Gustavo Sívori y Héctor Tornero. Sin embargo, esta explicación ha sido vista con escepticismo, y muchos sugieren que existen razones políticas más profundas.

Detrás de esta decisión hay una trama política que involucra rivalidades y estrategias dentro del gobierno y las Fuerzas Armadas. Se especula que Villarruel podría estar buscando fortalecer su influencia en el ámbito castrense y plantear una narrativa autónoma en el área de defensa, una zona que el presidente Javier Milei le había delegado en tiempos de campaña.

La medida de Villarruel fue quirúrgica y se llevó a cabo con un perfil bajo. Para que los militares afectados puedan ascender, será necesario volver a postularlos, convocar a la Comisión de Acuerdos y aprobarlos por mayoría. Este proceso expone las dificultades y tironeos políticos que enfrenta el gobierno en el Senado, una cámara donde el kirchnerismo tiene una presencia significativa con 33 bancas.

Fuentes del gobierno indicaron que la decisión de frenar los ascensos no tiene una intencionalidad política para rivalizar con el presidente. Sin embargo, se reconoce que Milei no estaba al tanto de esta medida antes de que se hiciera pública. A pesar de esto, se asegura que la relación política entre el presidente y la vicepresidenta se mantiene sólida.

El ministro de Defensa, Luis Petri, fue informado sobre la decisión y se espera que esta semana haya contactos entre él y Villarruel para definir el futuro de los oficiales afectados. La administración de Milei considera que lo más importante fue terminar con la demora de dos años en los ascensos, una situación que afectó la carrera profesional y los sueldos de los militares.

En el caso de Berredo, su retiro había sido considerado anteriormente debido a su rango superior al actual jefe del Ejército y su identificación con la gestión del kirchnerismo. Para Coré, su pasado en la Dirección de Inteligencia de la Armada podría haber influido en la decisión. Sin embargo, estas interpretaciones no han sido confirmadas oficialmente.

El próximo jueves, el Senado de la Nación podría tratar los pliegos de los militares que sí fueron aprobados en la Comisión de Acuerdos. Esto incluye el ascenso del general brigada Carlos Presti al cargo de general de división, del contralmirante Carlos María Allievi a vicealmirante, y del brigadier mayor Fernando Mengo.

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