Uruguay se prepara para enfrentar futuras crisis hídricas a seis meses.
A seis meses de superar la peor crisis hídrica de su historia, Uruguay se enfoca en el trabajo y la inversión como claves fundamentales para enfrentar posibles nuevos problemas de este tipo. La emergencia, declarada en agosto del año pasado, afectó el suministro de agua en los departamentos de Montevideo y Canelones, así como en otras localidades, y fue resuelta con medidas valientes y oportunas.
Raúl Montero, presidente de Obras Sanitarias del Estado (OSE), destacó la dureza de la situación, resaltando que se debieron tomar decisiones difíciles. Durante la emergencia, OSE resignó la calidad fisicoquímica del agua para mantener su calidad bacteriológica, considerada fundamental para prevenir enfermedades transmitidas por el agua.
Cuando la crisis llegó a su fin, las tres líneas de bombeo que abastecen a cerca de 1.7 millones de personas en la zona metropolitana tenían niveles de cloruro y sodio más bajos que durante la emergencia. Se tomaron medidas como la entrega de dinero para la compra de agua a grupos vulnerables y la exoneración impositiva para el agua embotellada. Además, se llevaron a cabo obras, como la ampliación de la cuenca de Aguas Corrientes mediante el bombeo de agua del río San José hacia la represa de Aguas Corrientes.
Montero resaltó que cuentan con más recursos y conocimientos adquiridos durante la crisis, lo que les brinda fortaleza para enfrentar futuros déficits hídricos. Subrayó la importancia del trabajo realizado y la posibilidad de repetir acciones efectivas en caso de situaciones similares en el futuro.