Ucrania revela el total de drones y misiles lanzados por Rusia desde el inicio del conflicto
Desde que comenzó el conflicto entre Rusia y Ucrania, el mundo ha sido testigo de un enfrentamiento bélico que ha dejado una marca indeleble en la historia moderna. Uno de los aspectos más destacados y preocupantes de esta guerra ha sido el uso masivo de drones y misiles, tecnologías que han cambiado radicalmente la naturaleza del combate en el siglo XXI. Ucrania ha revelado recientemente cifras alarmantes sobre la cantidad de estos artefactos lanzados por Rusia desde el inicio del conflicto, proporcionando un panorama más claro del alcance y la intensidad de la ofensiva rusa.
El conflicto entre Rusia y Ucrania, que comenzó en 2014 con la anexión de Crimea y se intensificó en febrero de 2022 con la invasión a gran escala de las fuerzas rusas, ha sido un punto de inflexión en la historia contemporánea. No solo ha redefinido las relaciones geopolíticas en Europa, sino que también ha marcado el inicio de una era en la que la guerra tecnológica, caracterizada por el uso de drones y misiles de precisión, juega un papel central.
En este conflicto, ambos bandos han recurrido a una variedad de tecnologías militares avanzadas, pero es Rusia quien ha desplegado una estrategia particularmente intensa basada en el uso de misiles balísticos, misiles de crucero y drones. Estos ataques han tenido como objetivo tanto infraestructuras militares como civiles, lo que ha generado una devastación a gran escala y ha afectado gravemente a la población ucraniana.
Drones y misiles: Herramientas de guerra moderna
Los drones y misiles han transformado la dinámica de los conflictos armados en todo el mundo. Su capacidad para alcanzar objetivos a largas distancias con gran precisión y relativamente bajo costo los ha convertido en herramientas indispensables en los arsenales modernos. En el contexto de la guerra entre Rusia y Ucrania, estos dispositivos han sido utilizados no solo para atacar objetivos militares, sino también para desestabilizar la vida cotidiana de los civiles ucranianos.
El uso de drones en la guerra entre Rusia y Ucrania ha sido particularmente significativo. Estos vehículos aéreos no tripulados han sido empleados para una variedad de misiones, que van desde el reconocimiento y la vigilancia hasta los ataques directos contra objetivos específicos. Los drones han demostrado ser extremadamente efectivos en el campo de batalla, permitiendo a las fuerzas rusas llevar a cabo ataques precisos sin arriesgar a sus soldados.
Según las cifras reveladas por Ucrania, Rusia ha lanzado miles de drones desde el inicio del conflicto. Estos drones han sido utilizados para identificar posiciones de las fuerzas ucranianas, guiar ataques con misiles y bombas, y en muchos casos, llevar a cabo ataques suicidas en los que el dron en sí es la munición.
Uno de los modelos de drones más utilizados por Rusia es el Orlan-10, un dron de reconocimiento que ha sido adaptado para llevar a cabo misiones de ataque. Además, Rusia ha empleado drones de fabricación iraní, como el Shahed-136, que se han utilizado en ataques suicidas contra infraestructuras críticas en Ucrania, causando una destrucción significativa.
Los misiles han sido otro componente clave en la estrategia militar de Rusia durante este conflicto. Desde misiles balísticos intercontinentales hasta misiles de crucero lanzados desde aviones, submarinos y buques de guerra, la variedad y cantidad de misiles utilizados ha sido asombrosa. Estos misiles han tenido un impacto devastador en las ciudades ucranianas, destruyendo infraestructuras clave, incluyendo plantas de energía, puentes, y edificios residenciales.
Según los informes, Rusia ha lanzado miles de misiles desde el inicio de la invasión en febrero de 2022. Los modelos más utilizados incluyen los misiles Kalibr, Iskander y Kinzhal, cada uno con diferentes capacidades y rangos de operación. Los misiles Kalibr, por ejemplo, son misiles de crucero que han sido utilizados para atacar objetivos terrestres a larga distancia, mientras que los misiles Iskander, que son misiles balísticos de corto alcance, han sido empleados para ataques más tácticos.
El uso de estos misiles ha tenido consecuencias devastadoras para Ucrania. Además de causar un gran número de bajas civiles y militares, los ataques con misiles han destruido infraestructuras críticas, lo que ha afectado gravemente la capacidad del país para resistir la ofensiva rusa y mantener las operaciones diarias en las zonas afectadas.
