septiembre 28, 2024

Ucrania le dio un golpe al corazón militar de Rusia

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Ucrania ha llevado a cabo un importante ataque contra Rusia, golpeando un arsenal militar cerca de Moscú, en Toporets, ubicado a unos 400 kilómetros de la capital rusa. Según informes, el ataque, ejecutado con drones kamikaze, alcanzó un depósito de municiones donde se almacenaban misiles Iskander y Tochka-U, junto con bombas aéreas y munición para artillería. Esta operación fue coordinada entre el Servicio de Seguridad de Ucrania, la inteligencia militar de Kiev y las fuerzas especiales del Ejército.

Este ataque representa un golpe significativo al corazón militar de Rusia, ya que Toporets es una ubicación estratégica bajo la Dirección Principal de Misiles y Artillería de Rusia. De acuerdo con medios ucranianos, el almacén atacado es conocido como la unidad 541690, lo que resalta la precisión y el alcance de las capacidades ucranianas para realizar operaciones a larga distancia dentro del territorio ruso.

Uso de drones kamikaze

El ataque fue realizado utilizando seis drones kamikaze, según el canal de Telegram ruso Astra. Estos drones, diseñados para explotar al impactar, fueron dirigidos específicamente al depósito de municiones, causando una explosión masiva que destruyó gran parte del arsenal. Este tipo de ataques con drones ha sido una de las tácticas más utilizadas por Ucrania en el conflicto, aprovechando su capacidad para atacar objetivos estratégicos con precisión desde grandes distancias.

El uso de drones por parte de Ucrania ha aumentado significativamente en los últimos meses, especialmente en el contexto de la guerra de desgaste que se desarrolla entre ambos países. Estos drones permiten a Ucrania golpear en el interior del territorio ruso, más allá de las líneas del frente, donde las fuerzas convencionales ucranianas no tienen presencia.

Impacto en las fuerzas rusas

El ataque a Toporets es un duro golpe para las fuerzas armadas rusas, que dependen de estos depósitos para abastecer sus operaciones en el frente de batalla. La destrucción de misiles como los Iskander y Tochka-U, ambos utilizados para ataques de largo alcance, representa una pérdida estratégica importante para Rusia, especialmente en un momento en el que la guerra en Ucrania continúa extendiéndose.

Los misiles Iskander son conocidos por su capacidad para evadir sistemas de defensa antimisiles y son utilizados por Rusia para realizar ataques de alta precisión en objetivos clave, tanto militares como de infraestructura. La pérdida de estos misiles reducirá la capacidad de Rusia para lanzar ataques de este tipo en el corto plazo.

Además, la destrucción de bombas aéreas y munición para artillería también afectará las operaciones rusas en los frentes donde la artillería ha jugado un papel crucial en la guerra. El hecho de que el ataque haya alcanzado un almacén tan grande y vital refuerza la capacidad de Ucrania para desestabilizar las líneas de suministro y logística de las fuerzas rusas.

Respuesta del Ministerio de Defensa ruso

El Ministerio de Defensa de Rusia ha reconocido el ataque, aunque afirmó que sus fuerzas derribaron 54 drones ucranianos en total durante la operación, 27 de ellos en la región de Kursk, donde Ucrania ha llevado a cabo varias ofensivas desde el 6 de agosto. Sin embargo, los informes no pudieron negar el éxito del ataque a Toporets, lo que pone de relieve las dificultades que enfrenta Rusia para defender sus instalaciones más sensibles frente a los ataques con drones ucranianos.

La región de Kursk ha sido escenario de intensos combates en las últimas semanas, con Ucrania lanzando ataques regulares contra posiciones rusas, lo que forma parte de su estrategia de debilitar las defensas rusas antes de una posible contraofensiva.

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha experimentado una escalada en los últimos meses, con ataques más frecuentes por parte de ambos bandos. Ucrania ha intensificado su uso de drones no solo para misiones de reconocimiento, sino también para llevar a cabo ataques directos en territorio ruso. Estos ataques tienen como objetivo debilitar la capacidad militar de Rusia, mientras que Ucrania también busca obtener una ventaja en el campo de batalla mediante la interrupción de los suministros rusos.

Por otro lado, Rusia ha mantenido sus ofensivas en varias regiones de Ucrania, utilizando misiles de largo alcance y artillería pesada para destruir infraestructuras clave y debilitar las fuerzas ucranianas. Sin embargo, este ataque demuestra que, a pesar de la guerra prolongada, Ucrania sigue siendo capaz de golpear objetivos críticos dentro de Rusia, lo que añade una nueva dimensión a la guerra.

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