Ucrania afirma haber destruido un barco de la flota Rusa.
En un giro escalofriante de los acontecimientos en la región, la inteligencia militar de Ucrania (GUR) ha anunciado la destrucción de un barco militar de patrullaje perteneciente a la Flota Rusa del Mar Negro. Según un comunicado publicado en su canal de Telegram, la operación se llevó a cabo utilizando drones marítimos, destacando el éxito de los mismos en su arremetida.
El barco en cuestión, identificado como el Proyecto 22160 ‘Sergei Kotov’, habría sufrido daños significativos en la popa, estribor y babor como resultado del ataque con drones marítimos Magura V5 de producción ucraniana. El valor estimado de la embarcación destruida se sitúa alrededor de los 65 millones de dólares, según la GUR.
El vocero del gobierno, Andriy Yusov, señaló que el barco ya había sido previamente dañado en un ataque, pero esta vez fue definitivamente destruido. En cuanto a la tripulación, se está investigando la situación, con informes de víctimas mortales y heridos. No obstante, se sugiere que parte de la tripulación podría haber sido evacuada.
Desde el Ministerio de Defensa del Kremlin, ha habido un silencio significativo con respecto a esta baja en su flota en el estrecho de Kerch, dentro del Mar Negro. Según datos proporcionados por Ucrania, este incidente marca el hundimiento de un tercio de la totalidad de la Flota Rusa desde el inicio del conflicto bélico en febrero de 2022.
Las operaciones de Kiev contra barcos militares rusos lograron, a finales de 2023, la reapertura del tráfico comercial en algunos puertos ucranianos en el Mar Negro. Sin embargo, esta escalada de tensiones podría tener consecuencias aún más graves en la ya volátil situación geopolítica.
Además del incidente naval, las últimas horas han sido testigo de un ataque por parte de las tropas ucranianas contra una estación ferroviaria en la región rusa de Kursk, a unos cinco kilómetros de la frontera. Mientras tanto, Rusia reporta sus propios ataques, incluyendo la destrucción de tres drones ucranianos en la región de Belgorod y avances en zonas residenciales de Odesa mediante ataques masivos con drones no tripulados.
La comunidad internacional sigue de cerca estos acontecimientos, preocupada por el aumento de la escalada en una región ya afectada por conflictos.