Trigo: Se sembró el 98,5% de las 6,3 millones de hectáreas proyectadas para la campaña en curso
La campaña triguera 2024-2025 avanza a buen ritmo en Argentina, con un 98,5% de las 6,3 millones de hectáreas proyectadas ya sembradas, según el último informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Este avance, que se considera positivo a pesar de las adversidades climáticas, representa un hito significativo para el sector agrícola, uno de los pilares de la economía del país.
La campaña de trigo en Argentina se encuentra en una fase crucial, y la siembra prácticamente concluida es un indicativo de la capacidad de adaptación de los productores frente a las condiciones climáticas adversas que han caracterizado el año. A pesar de las sequías prolongadas y las bajas temperaturas que afectaron varias regiones productoras, los agricultores han logrado avanzar en la implantación del cereal, consolidando el cultivo como uno de los más importantes del ciclo agrícola argentino.
Este año, el área sembrada con trigo experimentó un leve ajuste respecto a las proyecciones iniciales, debido a la sequía que afectó a varias regiones clave, especialmente en el centro y sur del país. Sin embargo, el nivel de avance de la siembra es visto como un éxito, dado que refleja el esfuerzo y la capacidad de los productores para enfrentar las adversidades y garantizar la continuidad del ciclo agrícola.
El informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires detalla que la siembra del trigo se ha desarrollado de manera dispar a lo largo del territorio nacional. Las zonas más beneficiadas por las condiciones climáticas favorables, como el sur de Buenos Aires y La Pampa, han alcanzado niveles de avance cercanos al 100%. En estas regiones, el trigo es un cultivo tradicional y fundamental para la economía local, por lo que los productores han enfocado sus esfuerzos en maximizar el área sembrada.
En contraste, regiones como el centro-norte de Santa Fe y el noreste de Córdoba han enfrentado mayores desafíos debido a la falta de lluvias y las bajas temperaturas. Estas condiciones han retrasado la siembra en algunas zonas, obligando a los productores a ajustar sus estrategias y, en algunos casos, a reducir el área inicialmente proyectada para el trigo. No obstante, incluso en estas áreas, el avance es significativo y se espera que el objetivo de siembra se complete en los próximos días, si las condiciones climáticas lo permiten.
La campaña de trigo 2024-2025 ha estado marcada por condiciones climáticas desafiantes, que incluyen una sequía persistente en varias regiones productivas y bajas temperaturas que han afectado el desarrollo inicial de los cultivos. A pesar de esto, los productores han logrado adaptarse, utilizando técnicas de manejo avanzado y seleccionando variedades de trigo más resistentes a la sequía y al frío.
Las bajas temperaturas, en particular, han sido un factor crítico durante la etapa de emergencia y desarrollo inicial del trigo. En algunas áreas, las heladas tempranas causaron daños en los cultivos, lo que llevó a los productores a realizar resiembras o a ajustar sus expectativas de rendimiento. Sin embargo, el uso de tecnología y el conocimiento acumulado por los agricultores han permitido mitigar en parte estos impactos, y se espera que el cultivo continúe su desarrollo sin mayores contratiempos.
A pesar de los desafíos climáticos, las perspectivas de producción para el trigo argentino en la campaña 2024-2025 son moderadamente optimistas. Según las estimaciones actuales, si las condiciones climáticas se mantienen dentro de parámetros normales durante la primavera y el verano, la producción podría alcanzar niveles similares a los de campañas anteriores, aunque con variaciones regionales significativas.
La región núcleo, que incluye el centro de Buenos Aires, el sur de Santa Fe y el sudeste de Córdoba, se perfila como la principal área productora, con expectativas de rendimientos elevados, siempre y cuando las condiciones hídricas mejoren en las próximas semanas. En estas zonas, el trigo ha mostrado un buen desarrollo vegetativo, y los agricultores esperan una primavera con lluvias adecuadas para asegurar un buen llenado de granos.
En otras regiones, como el noroeste argentino (NOA) y el noreste (NEA), las perspectivas son más inciertas debido a la mayor variabilidad climática. En estas áreas, el éxito de la campaña dependerá en gran medida de la evolución de las lluvias y de las temperaturas en los próximos meses. Sin embargo, los productores de estas regiones han adoptado prácticas de manejo específicas para enfrentar estas incertidumbres, lo que podría traducirse en rendimientos aceptables, aunque por debajo de las medias históricas.
El trigo es uno de los cultivos más importantes de la economía argentina, no solo por su relevancia en el mercado interno, sino también por su papel clave en las exportaciones agroindustriales del país. En la campaña 2023-2024, las exportaciones de trigo y sus derivados representaron una parte significativa del ingreso de divisas para Argentina, y se espera que en la campaña actual mantenga su importancia.
El avance de la siembra y las perspectivas de una cosecha razonablemente buena generan expectativas positivas en el sector agroindustrial, que espera que el trigo contribuya significativamente a la balanza comercial del país. Además, el trigo es un insumo clave para la industria molinera y para la producción de alimentos básicos como el pan, por lo que su desempeño tiene un impacto directo en la economía doméstica y en la estabilidad de los precios de los alimentos.
No obstante, las variaciones en la producción y en los rendimientos a nivel regional podrían generar algunas tensiones en el mercado interno, especialmente si las expectativas de cosecha no se cumplen en las zonas más afectadas por la sequía. En este contexto, la política agrícola del gobierno será crucial para asegurar un equilibrio entre la oferta y la demanda y para evitar que se disparen los precios de los productos derivados del trigo.