Tensiones en la 30° Conferencia Industrial: el Gobierno respondió a las críticas de la UIA
La 30° Conferencia Industrial, organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA), se desarrolló en un clima de tensión y malestar por parte de los empresarios. La ausencia del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo, marcó el evento, dejando al secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo, como el único funcionario en representación del Gobierno.
Durante su discurso, Pazo respondió a las críticas planteadas por Martín Rappallini, presidente de la conferencia, quien reclamó igualdad de condiciones para la industria nacional frente a la competencia extranjera subsidiada. «Hay un nivel de ansiedad enorme para un gobierno que agarró un desastre económico», expresó el funcionario al contextualizar el estado crítico en que, según él, recibieron la economía, con inflación diaria del 1% y una emisión monetaria descontrolada.
Pazo defendió las políticas implementadas para estabilizar la economía y promover la competitividad industrial, destacando la eliminación de obstáculos como los controles estatales y las regulaciones excesivas. “Desregular y simplificar son condiciones esenciales para que las empresas puedan competir libremente”, afirmó.
El funcionario también detalló medidas concretas como la eliminación del impuesto PAÍS, la agilización de licencias de importación y la mejora de infraestructura logística, como la hidrovía y el transporte de carga. Además, subrayó el crecimiento del crédito privado, que en octubre registró un aumento mensual del 12%, como un paso clave para fomentar la inversión productiva.
Pese a los avances señalados, Pazo reconoció que el camino hacia una mayor competitividad es largo y requiere soluciones estructurales, especialmente en la reducción de costos logísticos y el acceso a mercados internacionales. “Era muy difícil abrir mercados como el de las naranjas en Estados Unidos si no había credibilidad ni acuerdos comerciales básicos”, enfatizó.
Por su parte, Rappallini insistió en la necesidad de que el Estado nivele el terreno para la industria nacional, señalando que la competencia desleal con economías extranjeras sigue siendo un desafío central.
El evento dejó en evidencia las tensiones entre el sector empresarial y el Gobierno, pero también mostró coincidencias en la importancia de fortalecer la industria como motor del desarrollo y la generación de empleo en el país.