Este 31 de enero se conmemora el nacimiento de Atahualpa Yupanqui, el icónico cantor y compositor argentino, ícono del folclore. Nacido como Héctor Roberto Chavero en Campo de la Cruz, Pergamino, en 1908, Yupanqui dejó un legado duradero en la música y la cultura.

Un Legado musical Único.

La proyección de Atahualpa Yupanqui trasciende fronteras como narrador y estudioso del hombre y su conexión con la tierra. A 90 años de su nacimiento, sus composiciones mantienen su vigencia, siendo reconocido por sus letras profundas y su maestría musical.

Orígenes y Nombre Artístico

Hijo de un aborigen y una mujer vasca, Yupanqui adoptó su nombre artístico combinando «Atahualpa,» en honor al último soberano inca, y «yupanqui,» que en la lengua de los Andes significa «narrarás». Esta fusión refleja su profundo compromiso con la narración a través de la música.

Una Vida de Experiencias.

A lo largo de sus 84 años de vida, Atahualpa Yupanqui trabajó en diversas ocupaciones, desde minero hasta corrector de diarios, peón de salinas, obrero de la zafra y arriero. Estas experiencias se reflejan en sus composiciones, que capturan la esencia de la vida rural y las tradiciones argentinas.

Obras Destacadas.

Con un legado que abarca más de 1.200 composiciones, muchas de ellas escritas en colaboración con Pablo del Cerro (seudónimo de su esposa Nenette), algunas de las obras más conocidas de Yupanqui incluyen «Los ejes de mi carreta», «Zamba del grillo», «Milonga del peón de campo», «Luna tucumana», «La añera» y «La pobrecita».

Homenaje y Permanencia

Aunque falleció el 23 de mayo de 1992 en Nimes, Francia, Atahualpa Yupanqui sigue siendo recordado como una figura emblemática de la música folklórica argentina. En el aniversario de su nacimiento, su legado perdura, y su influencia en la música y la cultura sigue siendo evidente en la escena artística actual.

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