Científicos de la Universidad de Harvard y Tufts han desarrollado robots biológicos llamados «anthrobots», construidos a partir de células humanas extraídas de la tráquea. Estos robots cuentan con la asombrosa capacidad de autoensamblarse, estimular el crecimiento neuronal y reparar tejido dañado. Utilizando células humanas adultas sin modificar su ADN, los anthrobots eliminan el riesgo de respuestas inmunes y la necesidad de inmunosupresores.

En comparación con los «xenobots» creados en 2020 a partir de células embrionarias de rana, los anthrobots muestran avances significativos. Las células derivadas de la tráquea se mueven naturalmente debido a la presencia de cilios, pequeños pelos en su estructura. Estos biobots han demostrado su capacidad para contribuir eficazmente a la cicatrización del tejido neuronal vivo, lo que abre nuevas posibilidades para futuras aplicaciones.

Los científicos apuntan a explorar otras aplicaciones potenciales de los anthrobots, como la reparación de daños en la médula espinal o nervios de la retina, el reconocimiento de bacterias o células cancerosas, y el suministro de fármacos a tejidos específicos. Este avance representa un hito en la ciencia y muestra el enorme potencial de la ingeniería biológica para desarrollar tecnologías innovadoras y revolucionarias.

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