Protestas estudiantiles contra el conflicto en Gaza en EE.UU.
Una oleada de protestas estudiantiles ha sacudido Estados Unidos en solidaridad con Palestina y en condena al conflicto en Gaza, alcanzando una magnitud no vista desde los días de la Guerra de Vietnam. Más de 60 universidades en todo el país se han visto envueltas en el movimiento, que comenzó hace diez días con campamentos y la detención de más de 500 jóvenes.
La intervención policial contra estudiantes de la Universidad de Columbia en Nueva York, en el momento en que la presidenta de la institución, Nemat Shafik, estaba testificando en el Congreso sobre el antisemitismo en las universidades, no solo no silenció el movimiento, sino que lo amplificó y extendió a más instituciones educativas.
Las detenciones ocurrieron después de que los estudiantes organizaran un campamento en protesta por las conexiones de la universidad con entidades israelíes, tras ser desalojados de las residencias universitarias. La reacción de la comunidad estudiantil fue inmediata y contagiosa: universidades como Harvard, Notre Dame, Yale y muchas otras replicaron las protestas.
Los estudiantes exigen un cambio en la política estadounidense hacia Israel, especialmente el apoyo incondicional del presidente Joe Biden al gobierno del primer ministro Benjamin Netanyahu. Demandan que las universidades dejen de recibir donaciones de Israel y rechacen las inversiones en fabricantes de armas implicados en el conflicto.
Aunque muchos estudiantes judíos participan en las protestas, otros han optado por retirarse de las universidades. La tensión en los campus ha llegado a tal punto que el Senado de Columbia votó una resolución acusando a la administración de violar los derechos de estudiantes y profesores, solicitando una investigación sobre su actuación.
El movimiento estudiantil actual ha sido comparado con las protestas durante la Guerra de Vietnam por su magnitud y por su enfoque en la complicidad de las universidades y las empresas en el conflicto. Destacados académicos han expresado su solidaridad con los estudiantes y han instado a la universidad a proteger la libertad de expresión y abordar las preocupaciones planteadas por los manifestantes.
En un contexto político polarizado, donde incluso el presidente Biden enfrenta críticas por su manejo del conflicto, estas protestas representan un despertar de conciencia entre la juventud estadounidense y un recordatorio del poder de la protesta estudiantil en la lucha por la justicia y la paz.