Nayib Bukele se encamina a la reelección en El Salvador.
El presidente salvadoreño Nayib Bukele parece encaminarse hacia la reelección en medio de una popularidad avasalladora, consolidándose como un líder que ha roto con las estructuras políticas tradicionales del país latinoamericano. Desde su ascenso al cargo en 2019, Bukele ha desafiado el bipartidismo establecido y ha implementado cambios significativos.
Bukele, autodenominado «el presidente más cool del mundo», asumió el cargo con la promesa de poner fin a décadas de corrupción e ineficacia de los partidos tradicionales frente a los desafíos económicos y la creciente inseguridad en El Salvador. Su enfoque inicial incluyó el despido de 400 funcionarios acusados de nepotismo y la implementación de medidas audaces.
El líder salvadoreño ha sido reconocido por imponer el bitcóin como moneda de curso legal y establecer restricciones civiles durante el estado de emergencia para combatir las pandillas que han plagado al país durante décadas. Estas acciones le han valido una aprobación pública del 90%, aproximadamente, destacando su popularidad entre la población.
A pesar de la prohibición constitucional de la reelección presidencial en El Salvador, Bukele se postula sin aparente oposición significativa. Su estrategia para asegurar votos en el congreso y obtener un préstamo de 109 millones de dólares destinado a enfrentar problemas de seguridad incluyó llenar la sede parlamentaria con personal militar y policial.
Bukele, un expublicista, ha transformado la imagen de El Salvador, pasando de ser considerado el «país más peligroso del mundo» a uno de los más seguros de América. Su ascenso a la presidencia comenzó en la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, donde ganó popularidad a través de las redes sociales al destacar sus logros, como la reducción de homicidios y la donación de su salario para becas universitarias.
Expulsado del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) en 2017, Bukele se unió a la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) para lograr la presidencia en 2019. A pesar de enfrentar investigaciones por presunto lavado de dinero y evasión fiscal, su popularidad se mantiene sólida, y su búsqueda de la reelección promete mantenerlo como una figura clave en la política salvadoreña.