Muere comandante de misiles de Hezbolá en ataque aéreo israelí
El conflicto entre Israel y Hezbolá ha dado un nuevo giro con la muerte de Ibrahim Kobeisi, comandante de la unidad de misiles de Hezbolá, durante un ataque aéreo israelí en el sur de Beirut. Kobeisi, acusado de orquestar ataques con misiles contra el norte de Israel, fue abatido junto con otros cinco individuos, en un ataque que también dejó al menos 15 heridos. Esta operación se inscribe en la campaña militar israelí para desmantelar la cúpula de Hezbolá, grupo terrorista respaldado por Irán, que ha incrementado sus actividades desde que comenzaron los enfrentamientos en octubre.
El ejército israelí (FDI) ha señalado que Kobeisi fue una figura clave en la planificación y ejecución de atentados contra sus fuerzas y ciudadanos, lo que justifica este ataque como una medida de autodefensa en medio de la escalada de tensiones. En los últimos días, Israel ha intensificado sus bombardeos selectivos, logrando eliminar a varios altos mandos del grupo, debilitando considerablemente la estructura jerárquica de Hezbolá.
Ataques previos contra el liderazgo de Hezbolá
Este ataque no es un hecho aislado, sino parte de una ofensiva más amplia de Israel dirigida contra los líderes de Hezbolá. El viernes anterior, un bombardeo israelí eliminó a Ibrahim Aqil, comandante principal de la Fuerza Radwan, una unidad de élite responsable de los ataques diarios contra Israel. Aqil había desempeñado un papel crucial en la planificación de incursiones en la región de Galilea, por lo que su muerte fue un duro golpe para la organización terrorista.
Además de Aqil, otros importantes operativos de Hezbolá han caído recientemente en ataques israelíes, entre ellos Ahmed Wahbi y Abu Hassan Samir, ambos colaboradores cercanos de Aqil. Wahbi se había encargado de coordinar ataques contra Israel, mientras que Samir, ex comandante de Radwan, supervisaba el entrenamiento de la unidad en el Líbano.
Desmantelamiento de la cúpula de Hezbolá
A lo largo de los últimos meses, Israel ha tenido éxito en neutralizar a varios de los principales líderes de Hezbolá, lo que ha puesto en una posición vulnerable a Hassan Nasrallah, jefe de la organización. El líder terrorista ha visto cómo su círculo más cercano de comandantes ha sido sistemáticamente desmantelado, comenzando por Wissam al-Tawil en enero de este año, hasta Fuad Shukr, abatido el 30 de julio en Beirut. Shukr era considerado uno de los fundadores más confiables de Nasrallah, y su muerte fue calificada como uno de los mayores golpes a la estructura de Hezbolá.
Shukr había logrado eludir a las fuerzas israelíes durante meses, pero una llamada telefónica lo condujo a una trampa que resultó fatal. Tras su muerte, Nasrallah prometió represalias violentas, aunque la pérdida de tantos altos mandos ha debilitado significativamente las capacidades operativas del grupo.
La guerra continúa
A pesar de los severos golpes recibidos, Hezbolá no ha dado señales de rendición. Los enfrentamientos entre Israel y el grupo respaldado por Irán continúan, con ataques aéreos israelíes golpeando posiciones estratégicas en el sur del Líbano y Beirut, mientras Hezbolá sigue lanzando proyectiles hacia el norte de Israel.
Uno de los líderes más influyentes en la estrategia militar de Hezbolá, Taleb Sami Abdullah, fue abatido en junio, debilitando aún más a la organización. Abdullah, jefe de la unidad Nasr de Hezbolá, una fuerza comparable a las Fuerzas Radwan, murió en un ataque que destruyó un centro de mando de Hezbolá en el sur del Líbano.
Nasrallah y el futuro de Hezbolá
La muerte de estos altos mandos ha dejado a Hassan Nasrallah en una situación precaria. Aunque continúa siendo el líder de Hezbolá, el desgaste sufrido en su cúpula militar amenaza con dejar a la organización descabezada y menos capaz de coordinar ataques efectivos contra Israel.
A pesar de estas pérdidas, Nasrallah ha jurado seguir luchando contra Israel, aunque su capacidad para lanzar un contraataque de gran envergadura parece cada vez más limitada. Israel, por su parte, ha dejado claro que no cejará en su ofensiva hasta haber neutralizado completamente las capacidades de Hezbolá.