Miles de hondureños exigieron la renuncia de Xiomara Castro tras la divulgación de un video

El 7 de septiembre de 2024, miles de hondureños tomaron las calles de Tegucigalpa y otras ciudades del país para exigir la renuncia de la presidenta Xiomara Castro. La masiva manifestación fue motivada por la divulgación de un video que presuntamente vincula a altos funcionarios de su gobierno con actividades relacionadas con el narcotráfico. Los manifestantes, indignados por la creciente inseguridad y la falta de transparencia en la gestión gubernamental, pidieron una investigación profunda y la destitución de los responsables.

El video, cuya autenticidad está siendo verificada, fue divulgado a través de redes sociales y medios locales, causando un gran revuelo en la opinión pública. En el material se observan a supuestos miembros del gobierno en conversaciones con personas vinculadas al narcotráfico, lo que ha generado acusaciones de complicidad entre el gobierno de Castro y el crimen organizado.

Aunque la presidenta Xiomara Castro ha negado cualquier vínculo con estas actividades y ha condenado el contenido del video, las repercusiones políticas han sido inmediatas. La oposición y los grupos civiles han utilizado este escándalo para reforzar sus críticas hacia la gestión de Castro, acusando a su administración de corrupción, incompetencia y falta de compromiso con la lucha contra el narcotráfico.

Las protestas, que comenzaron de manera pacífica, se convirtieron rápidamente en una manifestación nacional contra el gobierno. Miles de personas, portando banderas hondureñas y pancartas con lemas como «Fuera Xiomara» y «No más corrupción», exigieron cambios inmediatos en el gobierno. En Tegucigalpa, la capital del país, las manifestaciones fueron particularmente numerosas, con ciudadanos marchando hacia el Palacio Presidencial.

En otras ciudades, como San Pedro Sula y La Ceiba, también se registraron concentraciones masivas. Los manifestantes criticaron el manejo de la seguridad pública y acusaron al gobierno de Castro de estar fracasando en la lucha contra el narcotráfico, un problema que ha plagado a Honduras durante años.

Ante la creciente presión, la presidenta Castro emitió un comunicado en el que rechazó categóricamente las acusaciones de complicidad con el narcotráfico y denunció que el video forma parte de una campaña de desprestigio orquestada por sectores opositores que buscan desestabilizar su gobierno. En su declaración, la mandataria aseguró que su administración está comprometida con la justicia y que colaborará plenamente con las investigaciones para esclarecer los hechos.

Sin embargo, las respuestas de la oposición han sido contundentes. Varios líderes opositores, entre ellos miembros del Partido Nacional y del Partido Liberal, han aprovechado la crisis para llamar a la renuncia de Castro, argumentando que su gobierno ha perdido legitimidad y credibilidad ante la ciudadanía. Además, algunos han solicitado la intervención de organismos internacionales para llevar a cabo una investigación independiente.

Este escándalo representa un golpe importante para el gobierno de Xiomara Castro, quien asumió el poder en enero de 2022 como la primera mujer presidenta de Honduras, prometiendo luchar contra la corrupción y el narcotráfico. Durante su campaña, Castro había criticado duramente a sus predecesores por su presunta complicidad con estos grupos criminales, lo que hace que las recientes acusaciones sean particularmente dañinas para su imagen pública.

Además, la crisis actual podría tener consecuencias a largo plazo en la estabilidad política de Honduras. El país ha sido escenario de repetidos episodios de inestabilidad política en los últimos años, incluyendo el golpe de Estado de 2009 que derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya, esposo de Xiomara Castro. Con el creciente descontento popular, algunos analistas temen que esta situación pueda desencadenar una nueva crisis institucional en el país.