Milei exige al cuerpo diplomático alinearse con la política exterior o renunciar

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En un movimiento sin precedentes, el presidente argentino Javier Milei ha enviado un mensaje contundente a los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores y representantes diplomáticos en el exterior, exigiendo que se alineen con los principios de su política exterior libertaria o presenten su renuncia. La comunicación, enviada a través de la canciller Diana Mondino, destaca la postura radical del mandatario de eliminar cualquier oposición interna a su gestión.


Despidos recientes y reorganización en la Cancillería

La carta surge tras la destitución de Ricardo Lagorio, quien se desempeñaba como representante de Argentina ante la ONU, y del vicecanciller Leopoldo Sahores, ambos reemplazados tras no alinearse con la nueva doctrina gubernamental. Lagorio fue removido luego de que sus decisiones contradijeran los lineamientos establecidos por el gobierno libertario de Milei, lo que marcó una señal de que cualquier disidencia sería sancionada con severidad.

El nuevo vicecanciller es Eduardo Bustamante, un político cercano al PRO y colaborador de Patricia Bullrich durante su etapa en el gobierno de Mauricio Macri. Este nombramiento refleja el acercamiento de Milei a sectores del macrismo, como también lo demostró recientemente durante su participación en el foro IDEA, donde se mostró cercano a ejecutivos y figuras políticas afines al PRO.


Un mensaje sin matices: adaptarse o salir

En la carta enviada por el sistema de gestión interna GEDE a más de 400 miembros del cuerpo diplomático, Milei establece claramente que aquellos que no compartan los valores libertarios que sostienen la política exterior de su gobierno deben «dar un paso al costado». Esta exigencia se apoya en su discurso en la Asamblea General de la ONU, en el que criticó la Agenda 2030 como «un programa de gobierno supranacional de corte socialista» que, según su interpretación, atenta contra la soberanía y las libertades individuales.

Mondino, pese a las tensiones iniciales dentro del gabinete, recibió elogios del presidente por su gestión. No obstante, las decisiones clave están influenciadas por Karina Milei, hermana del mandatario, y su círculo íntimo, lo que refuerza la idea de una gestión centralizada y poco tolerante a la disidencia. En este contexto, la intervención de Nahuel Sotelo como secretario de Culto también refleja un control férreo sobre las instituciones gubernamentales.


Conflictos salariales y tensiones internas en la Cancillería

La situación en la Cancillería se complica aún más por conflictos laborales que han llegado a los tribunales. Diplomáticos y funcionarios llevan tiempo enfrentando al gobierno por la aplicación del impuesto a las Ganancias, afectando su poder adquisitivo. Este conflicto es especialmente relevante en un contexto de creciente malestar dentro del ministerio, que también se opone a los recortes de gastos destinados a traslados y operaciones en embajadas.

La presión de los recortes se suma a las tensiones internas por las purgas en las posiciones estratégicas del ministerio. La intervención de funcionarios como Úrsula Basset y los recientes reemplazos indican una reestructuración alineada con la agenda del presidente. Sin embargo, estos cambios han generado preocupación entre las filas diplomáticas, que ven en esta estrategia un intento de control ideológico total.

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