Maurice Vincent Wilkes fue un científico informático británico, reconocido por su contribución fundamental al desarrollo de la informática moderna. Nacido el 26 de junio de 1913 en Dudley, Inglaterra, y fallecido el 29 de noviembre de 2010, Wilkes es recordado por su trabajo en la construcción del EDSAC (Electronic Delay Storage Automatic Calculator), uno de los primeros ordenadores electrónicos almacenados en memoria. Su carrera, que abarcó más de seis décadas, dejó un impacto duradero en el campo de la informática, y su legado sigue influyendo en la tecnología contemporánea.

Primeros Años y Educación

Maurice Wilkes creció en una época en la que la tecnología estaba comenzando a cambiar el mundo rápidamente. Desde joven, mostró un gran interés por la ciencia y la ingeniería. Asistió a la Escuela Secundaria King Edward en Birmingham, donde destacó en matemáticas y ciencias. Posteriormente, ingresó en el St John’s College de la Universidad de Cambridge, donde se graduó en Matemáticas en 1934.

Tras completar su licenciatura, Wilkes comenzó a trabajar en el Cavendish Laboratory, uno de los laboratorios de física más prestigiosos del mundo. Allí, trabajó bajo la dirección de Sir John Cockcroft, quien más tarde ganaría el Premio Nobel de Física. Este ambiente de investigación avanzada fue crucial para el desarrollo de las habilidades y conocimientos de Wilkes.

La Segunda Guerra Mundial y el Radar

Durante la Segunda Guerra Mundial, Wilkes fue reclutado para trabajar en el desarrollo de la tecnología de radar. Este trabajo le proporcionó una experiencia invaluable en electrónica y en la gestión de proyectos complejos. Su capacidad para resolver problemas técnicos y su enfoque meticuloso lo convirtieron en un miembro valioso del equipo.

Después de la guerra, Wilkes regresó a Cambridge con la intención de aplicar sus conocimientos de electrónica a nuevos campos. Fue entonces cuando comenzó su interés por las computadoras electrónicas, una tecnología emergente que prometía revolucionar la ciencia y la ingeniería.

El EDSAC: Un Hito en la Historia de la Computación

En 1945, Wilkes asistió a la conferencia sobre ordenadores en el Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Harvard, donde conoció a otros pioneros de la informática, como John von Neumann. Inspirado por las ideas presentadas, Wilkes decidió construir su propia computadora en Cambridge.

El resultado fue el EDSAC, que se completó en 1949. El EDSAC fue uno de los primeros ordenadores en utilizar el concepto de programa almacenado en memoria, una idea fundamental propuesta por von Neumann. Esta característica permitía que las instrucciones de un programa fueran almacenadas en la misma memoria que los datos, lo que facilitaba enormemente la programación y la ejecución de tareas complejas.

El EDSAC no solo fue una maravilla técnica, sino que también fue una herramienta práctica. Fue utilizado por científicos de diversas disciplinas para realizar cálculos que habrían sido imposibles de otra manera. Este enfoque pragmático hacia la construcción y el uso de ordenadores fue una de las principales contribuciones de Wilkes al campo de la informática.

Contribuciones a la Programación

Wilkes no solo se centró en la construcción de hardware, sino que también hizo importantes contribuciones al desarrollo del software. Fue uno de los primeros en reconocer la importancia de la programación y en desarrollar técnicas para hacerla más eficiente y fiable.

En 1951, publicó junto con sus colegas David Wheeler y Stanley Gill el libro «Preparation of Programs for an Electronic Digital Computer», uno de los primeros libros sobre programación de computadoras. Este libro introdujo el concepto de subrutina, una técnica para dividir programas complejos en partes más pequeñas y manejables. Las subrutinas se convirtieron en un pilar fundamental de la programación estructurada y siguen siendo una parte esencial de la programación moderna.

La Era de los Sistemas Operativos

En la década de 1960, Wilkes se interesó por los sistemas operativos, un campo emergente en la informática. Reconoció la necesidad de software que gestionara los recursos del ordenador y facilitara la interacción entre el hardware y los programas de aplicación. Trabajó en el desarrollo de uno de los primeros sistemas operativos, conocido como EDSAC 2.

Además, Wilkes fue pionero en el concepto de multiprogramación, que permite que varios programas se ejecuten simultáneamente en un solo ordenador. Esta idea se convirtió en la base de los sistemas operativos modernos y permitió un uso más eficiente de los recursos computacionales.

A lo largo de su carrera, Maurice Wilkes recibió numerosos reconocimientos por sus contribuciones a la informática. En 1956, fue elegido miembro de la Royal Society, uno de los más altos honores científicos en el Reino Unido. En 1967, recibió la Medalla Turing, el premio más prestigioso en informática, otorgado por la Association for Computing Machinery (ACM). La medalla Turing se considera el equivalente al Premio Nobel en el campo de la informática y reconoció las contribuciones de Wilkes al desarrollo de la computación y la programación.

En 1980, fue nombrado Caballero por la Reina Isabel II, en reconocimiento a sus servicios a la informática. Además, recibió doctorados honorarios de numerosas universidades y fue miembro de varias academias científicas internacionales.

Maurice Wilkes continuó activo en la investigación y la enseñanza hasta bien entrados sus ochenta años. Su pasión por la informática y su curiosidad intelectual nunca disminuyeron. A lo largo de su vida, Wilkes no solo hizo importantes avances técnicos, sino que también inspiró a generaciones de científicos e ingenieros.

El impacto de Wilkes en la informática moderna es difícil de exagerar. Sus contribuciones al desarrollo del hardware, la programación y los sistemas operativos sentaron las bases para muchas de las tecnologías que hoy damos por sentadas. Su enfoque pragmático y su capacidad para ver el potencial de la tecnología emergente le permitieron hacer avances que cambiaron el curso de la historia de la informática.

Además de sus contribuciones técnicas, Wilkes también dejó un legado en la formación de la comunidad informática. Como profesor en la Universidad de Cambridge, formó a numerosos estudiantes que se convirtieron en líderes en el campo de la informática. Su influencia se extiende a través de sus escritos, sus enseñanzas y las personas que inspiró a lo largo de su vida.

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