Mariana Cayón: Una Vida Dedicada a la Música y la Emoción
En una reciente entrevista, Mariana Cayón reconocida intérprete de instrumentos de viento, compartió detalles íntimos de su vida y carrera, revelando su profundo vínculo con la música, su proceso creativo y los momentos que han marcado su trayectoria.
La música como principio y fin
Para Mariana, la música no es solo arte, es vida misma. «Es movimiento, energía, nuestro principio y nuestro fin», expresó con emoción, destacando cómo la música ha sido su compañera constante, permitiéndole canalizar emociones y contar historias tanto felices como tristes.
Aunque sus padres no eran músicos, el amor por la música siempre estuvo presente en su hogar. Desde niña, Mariana escuchaba tango, folklore y canciones románticas, influencias que moldearon su oído musical. A los 10 años, tuvo su primer contacto con la quena en una feria en Jujuy, gracias a su padre. Aunque él nunca logró dominar el instrumento, fue quien le regaló su primera quena y fomentó su pasión por la música.
Mariana creció escuchando a artistas como Domingo Ríos, Raúl Olarte y Marino Tapia, cuyas interpretaciones la inspiraron a explorar las posibilidades de los instrumentos de viento. Además, mencionó la importancia de bandas como Los Kjarkas, que aportaron nuevas perspectivas a su estilo.
Su debut fue en el Teatro San Martín de Tucumán, donde interpretó canciones tradicionales como “Urubamba”. Aunque los nervios estaban presentes, recuerda con cariño ese primer encuentro con el público. Sin embargo, una anécdota curiosa marcó ese momento: sus compañeros se burlaron de sus movimientos naturales mientras tocaba. «Es algo que no puedo evitar. La música me mueve, literalmente», dijo riendo.
De los Andes al tango
Aunque sus comienzos estuvieron marcados por la música andina, Mariana buscó nuevos horizontes. En su juventud, bajo la guía del maestro Lito Nieva, comenzó a explorar el tango con la quena. Esto culminó en su disco «La quena se viste de tango», donde reinterpretó clásicos como La Cumparsita y Por una cabeza, dándole un giro único al género.
Entre las obras que más la han marcado, destaca El Antigal, una zamba que, según Mariana, tiene el poder de conmover profundamente tanto al público como a ella misma. También mencionó Silencio, una composición propia dedicada a una amiga en sus últimos días de vida. Esta zamba, llena de sensibilidad, refleja el equilibrio entre la tristeza y la paz.
El proceso creativo de Mariana
Su método para componer es puramente inspirativo. Encuentra melodías en los paisajes y los silencios que la rodean durante sus viajes. «No puedo forzar la creación de una canción. Surge cuando menos lo espero», comentó.
Mariana concluyó reflexionando sobre el propósito de su música: transmitir alegría. Aunque reconoce que cada canción puede evocar distintas emociones en cada oyente, su intención es siempre llevar felicidad y luz a través de sus interpretaciones.