Manuel Adorni: «La vieja política sigue recaudando a costa del esfuerzo de los contribuyentes»
En un contexto de crisis económica y social en Argentina, las palabras de Manuel Adorni resuenan con una contundencia que pocos pueden ignorar. El economista y consultor, conocido por sus análisis críticos sobre la situación económica del país, ha vuelto a levantar la voz para denunciar lo que él considera un ciclo vicioso que perpetúa la clase política en detrimento de la ciudadanía. En una reciente entrevista, Adorni lanzó fuertes acusaciones contra lo que él denomina «la vieja política», señalando que esta continúa recaudando a costa del esfuerzo de los contribuyentes, sin ofrecer soluciones reales a los problemas estructurales que enfrenta la nación.
Adorni, quien ha ganado notoriedad por su estilo directo y sin filtros, no escatimó en críticas hacia el sistema político argentino. Según su visión, los líderes políticos han estado más preocupados por asegurar su permanencia en el poder y sus beneficios personales que por atender las necesidades del pueblo. «La vieja política sigue recaudando a costa del esfuerzo de los contribuyentes», afirmó, subrayando que esta dinámica no es nueva, sino que se ha mantenido a lo largo de las décadas, independientemente del color político que ocupe la Casa Rosada.
El economista sostiene que la clase política ha fallado en implementar políticas públicas que verdaderamente impulsen el desarrollo económico y social del país. En cambio, se ha enfocado en mecanismos que perpetúan su control sobre el aparato estatal, lo que, según él, se traduce en una carga cada vez mayor para los contribuyentes. Adorni señala que los ciudadanos son quienes terminan pagando los platos rotos, ya sea a través de impuestos elevados, inflación o la devaluación de la moneda, mientras que la élite política sigue disfrutando de privilegios que están fuera del alcance del argentino promedio.
La denuncia de Adorni no se queda en la mera crítica política, sino que pone de relieve el impacto directo que esta situación tiene en la vida de los contribuyentes. Con una economía que ha experimentado altas tasas de inflación, un déficit fiscal crónico y una deuda pública creciente, los argentinos han visto cómo su poder adquisitivo se ha deteriorado de manera sostenida. Los impuestos, lejos de ser una herramienta para redistribuir la riqueza o financiar servicios públicos de calidad, se han convertido en una carga insostenible para muchos.
Según Adorni, esta situación es resultado de un modelo que prioriza la recaudación fiscal sobre la eficiencia y la justicia en la administración de los recursos. En lugar de optimizar el gasto público, reducir la burocracia o implementar políticas que promuevan el crecimiento económico, los gobiernos han recurrido a una estrategia fácil pero dañina: aumentar la presión fiscal sobre los contribuyentes. Esto no solo afecta a los sectores de mayor poder adquisitivo, sino que impacta de manera desproporcionada a la clase media y a los más vulnerables, quienes ven cómo una parte significativa de sus ingresos se destina al pago de impuestos.
Adorni también destacó cómo este sistema ha permitido que una clase política se perpetúe en el poder, manteniendo un status quo que parece inmune a los cambios que demanda la sociedad. «Estamos atrapados en un ciclo donde la política se alimenta a sí misma, sin importar las consecuencias para el resto del país», expresó con frustración.
Esta perpetuación del status quo, según Adorni, se manifiesta en la falta de alternancia real en el poder y en la ausencia de políticas innovadoras que puedan romper con las dinámicas de estancamiento económico y social. La vieja política, como él la llama, ha sabido adaptarse a las circunstancias cambiantes para seguir asegurando su control sobre el aparato estatal, incluso cuando esto significa sacrificar el bienestar de la población.
En su análisis, Adorni también hizo un llamado a la ciudadanía para que tome un rol más activo en la vida política del país. Según él, es fundamental que los argentinos dejen de ser espectadores pasivos y asuman su responsabilidad como ciudadanos. Esto implica, entre otras cosas, exigir mayor transparencia y rendición de cuentas por parte de sus representantes, así como involucrarse en el debate público y en la toma de decisiones que afectan al país.
«Es hora de que los ciudadanos se den cuenta de que tienen el poder de cambiar las cosas», declaró Adorni, enfatizando la importancia de la participación cívica. «Si seguimos permitiendo que la vieja política siga manejando los hilos, no podemos esperar resultados diferentes. Necesitamos un cambio profundo y eso solo será posible si la gente se compromete y toma acción».
Adorni sugiere que la participación ciudadana no se limita a las elecciones, sino que debe ser un proceso continuo de vigilancia y presión sobre los líderes políticos. La creación de organizaciones de base, el uso de plataformas digitales para movilizarse y la demanda de políticas públicas basadas en la evidencia son algunas de las estrategias que, según él, pueden ayudar a romper con el ciclo de la vieja política.