Mahmud Ahmadineyad se postula como candidato en las elecciones presidenciales de Irán
En un movimiento que ha generado tanto expectativas como controversias, el expresidente ultraconservador Mahmud Ahmadineyad se ha postulado oficialmente como candidato para las elecciones presidenciales anticipadas de Irán, programadas para el 28 de junio. Ahmadineyad, quien gobernó el país entre 2005 y 2013, regresa a la arena política con la promesa de abordar los problemas económicos y de corrupción que afectan a la nación.
Durante sus dos mandatos, Ahmadineyad fue una figura polarizadora tanto a nivel nacional como internacional. Su administración estuvo marcada por una retórica confrontacional hacia Occidente, una gestión económica cuestionada, y una serie de políticas internas que profundizaron el control del estado sobre diversos aspectos de la vida iraní. A pesar de esto, Ahmadineyad mantuvo un apoyo significativo entre las clases populares, quienes vieron en él a un defensor de los más desfavorecidos.
La candidatura de Ahmadineyad aún debe ser aprobada por el Consejo de los Guardianes, un órgano de poder que supervisa las elecciones y que tiene la autoridad para descalificar candidatos. Este consejo ya había descalificado a Ahmadineyad en las elecciones de 2017 y 2021, lo que plantea dudas sobre su viabilidad en los próximos comicios.
El proceso de registro de candidatos comenzó el jueves pasado y se extenderá hasta el lunes, tras lo cual el Consejo de los Guardianes anunciará el 11 de junio la lista definitiva de aspirantes. Hasta ahora, se han registrado 25 candidatos, incluidos varios figuras destacadas del panorama político iraní.
Principales contendientes
- Alí Lariyaní: Ex presidente del Parlamento y asesor del líder supremo, descalificado en 2021.
- Saeed Jalili: Ex jefe nuclear y otro candidato ultraconservador.
- Zohre Elahian: Ex parlamentaria conservadora, única mujer registrada hasta el momento, aunque ninguna mujer ha superado el veto del Consejo de los Guardianes en elecciones pasadas.
Ahmadineyad ha centrado su campaña en promesas de mejorar las condiciones de vida del pueblo iraní, combatir la corrupción y fomentar un ambiente propicio para la inversión. En sus declaraciones, ha enfatizado que su candidatura responde a un “deseo del pueblo” y su compromiso con resolver los problemas económicos y sociales que afectan al país.
Uno de los pilares de su campaña es la lucha contra la corrupción y la mejora del entorno empresarial. Ahmadineyad propone reducir la interferencia gubernamental en los negocios y crear un marco legal que favorezca tanto la inversión interna como la externa.
El exmandatario también ha prometido impulsar políticas que mejoren la calidad de vida de los iraníes, centrando sus esfuerzos en las necesidades de las clases populares, quienes han sido sus principales seguidores históricamente.
Reacciones Nacionales e Internacionales
La postulación de Ahmadineyad ha suscitado diversas reacciones. Mientras algunos sectores de la población ven en su regreso una oportunidad para cambios significativos, otros, incluidos muchos analistas políticos, temen que su retorno pueda polarizar aún más la sociedad iraní y exacerbar las tensiones con la comunidad internacional.
A su llegada al Ministerio del Interior para registrar su candidatura, Ahmadineyad fue recibido por una multitud de seguidores que ondeaban banderas iraníes, una muestra del apoyo popular que aún mantiene.
En el ámbito internacional, la figura de Ahmadineyad sigue siendo controvertida debido a su historial de declaraciones incendiarias y su manejo de las relaciones exteriores durante su presidencia, lo cual genera preocupación sobre el futuro de la política exterior iraní en caso de que regrese al poder.
Situación Actual de Irán
Irán enfrenta una severa crisis económica exacerbada por las sanciones internacionales, la pandemia de COVID-19 y una gestión económica interna que ha sido ampliamente criticada. La inflación y el desempleo han alcanzado niveles alarmantes, aumentando el descontento social.
Las elecciones se llevarán a cabo en un contexto de creciente descontento social, especialmente entre los jóvenes y las mujeres, quienes han sido sujetos a una represión intensificada en los últimos años. La reciente campaña para reimponer el uso obligatorio del velo ha sido particularmente impopular y ha generado numerosas protestas.
La participación en las últimas elecciones parlamentarias de marzo fue la más baja en los 45 años de la República Islámica, con solo un 41 % del electorado acudiendo a las urnas. Este bajo nivel de participación refleja la creciente desilusión de la población con el sistema político actual.