La Trágica Historia de la Casa Sutyagin.

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Ubicada en el rayo Kholmogorskiy de Rusia, la Casa Sutyagin alguna vez fue reconocida como la estructura de madera unifamiliar más alta del mundo. Esta imponente residencia de 13 pisos y 144 pies de altura perteneció al empresario local Nikolai Petrovich Sutyagin y se erigía como un testimonio audaz de la creatividad y la ambición humanas.

La construcción de la Casa Sutyagin comenzó en 1992, inicialmente concebida como una casa normal de dos pisos según los planos originales. Sin embargo, la inspiración tomó la forma de la arquitectura vernácula de Japón y Noruega, y Sutyagin decidió seguir construyendo. «Primero agregué tres pisos, pero luego la casa parecía desgarbada, como un hongo», compartió en una entrevista de 2007 con el Daily Telegraph. «Así que agregué otro y todavía no se veía bien, así que siguió adelante. Lo que ves hoy es un feliz accidente».

A lo largo de 15 años, Sutyagin y su familia levantaron la estructura sin la guía de planos formales ni permisos de construcción. La casa se convirtió en una obra maestra única, pero su destino estaba destinado a dar un giro trágico. Sutyagin pasó algunos años en prisión por cargos de extorsión, y durante ese tiempo, la casa comenzó a deteriorarse.

En 2008, la Casa Sutyagin fue declarada como riesgo de incendio, lo que llevó a la orden de su destrucción. La preocupación se centraba en la posibilidad de que la madera se incendiara, colapsara y desencadenara un desastre para el pueblo, en su mayoría construido con el mismo material. La demolición comenzó con la torre, y gran parte de la estructura fue reducida a escombros de madera.

Lo que quedó hacia finales de 2009 era una modesta casa de dos pisos, aproximadamente del tamaño que Sutyagin había planeado inicialmente antes de que los sueños de una torre de madera se afianzaran. Sin embargo, incluso estas estructuras más pequeñas enfrentaron su destino en 2012, cuando un incendio las consumió por completo.

La Casa Sutyagin, una vez símbolo de la audacia arquitectónica y la perseverancia, se convirtió finalmente en una historia trágica de ambición desenfrenada y, finalmente, destrucción inevitable.

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