La prensa internacional evalúa el primer año de Javier Milei como presidente de Argentina
A un año de la asunción de Javier Milei como presidente de Argentina, medios internacionales destacan los avances y las controversias de su gestión, marcada por una política de «terapia de choque» que ha generado tanto optimismo como desafíos sociales y económicos.
El diario suizo Neue Zürcher Zeitung resaltó los logros económicos del mandatario libertario, señalando que «ha recortado el gasto público en casi un tercio, reducido la burocracia y alcanzado un superávit primario, devolviendo confianza a los mercados». También subrayó que la inflación intermensual, que era del 26% al asumir Milei, ha bajado al 3%, aunque la tasa anual todavía supera el 190%. Según el periódico, estas medidas han estabilizado la cotización del peso y reducido el riesgo país, atrayendo inversiones incipientes.
Por otro lado, la revista alemana Focus enfatizó el impacto social de estas políticas. «Argentina ha pasado de ser uno de los países más baratos de la región a uno de los más caros, mientras que la renta media sigue siendo baja», indicó. Además, detalló que el encarecimiento de servicios básicos como agua, gas y transporte ha afectado gravemente a los sectores más vulnerables, con una contracción del 30% en la industria de la construcción y una caída del 22% en la producción de acero bruto.
El periódico alemán Die Zeit adoptó una postura más neutral, afirmando que «aún no es posible saber si la política de Milei tendrá éxito». Según la OCDE, la economía argentina se contraerá un 4% este año, pero podría crecer al mismo ritmo en 2025 si las medidas de ajuste generan los resultados esperados. Sin embargo, advirtió sobre los riesgos asociados a la creciente desigualdad y la pobreza.
A pesar de las dificultades, Milei mantiene índices de aprobación superiores al 48%, un fenómeno inusual tras aplicar el «programa de austeridad más duro de la historia», según sus propias palabras. Sin embargo, los analistas se preguntan cuánto tiempo podrá el país soportar la recesión antes de que surjan tensiones sociales más profundas.