La Policía de Irán aseguró que continuará con la campaña para reimponer el velo

La policía iraní ha reafirmado su compromiso con la campaña para reimponer el uso obligatorio del velo islámico, conocida como «Plan Luz». A pesar de las promesas de reforma por parte del presidente Masud Pezeshkian, la represión contra las mujeres que no cumplen con esta norma se mantiene firme. Este esfuerzo por parte del gobierno y las fuerzas de seguridad refleja una tensión latente entre las promesas de apertura hacia Occidente y la realidad de las políticas conservadoras que siguen vigentes en el país.

El uso obligatorio del velo en Irán tiene raíces profundas en la Revolución Islámica de 1979. Este evento marcó un punto de inflexión en la historia del país, transformando una sociedad que se estaba modernizando rápidamente bajo la monarquía Pahlavi en una teocracia islámica liderada por el Ayatolá Jomeini. Uno de los cambios más significativos introducidos por el nuevo régimen fue la imposición del código de vestimenta islámico, que incluía la obligación para todas las mujeres, independientemente de su religión o nacionalidad, de llevar el hiyab en público.

Esta imposición fue vista como un símbolo de la nueva identidad islámica del país, pero también como una herramienta de control sobre las mujeres. Desde entonces, la cuestión del velo se ha convertido en un campo de batalla simbólico entre las fuerzas conservadoras que buscan preservar la ideología de la Revolución Islámica y los sectores de la sociedad que aspiran a mayores libertades personales y derechos de las mujeres.

El «Plan Luz», lanzado hace varios años, es una campaña dirigida a reforzar el uso del velo islámico y otros aspectos del código de vestimenta islámico. Este plan ha sido implementado con vigor por la policía y otras fuerzas de seguridad en Irán, y ha llevado al arresto y enjuiciamiento de miles de mujeres por no cumplir con las normas establecidas. Además de las detenciones, las mujeres pueden enfrentarse a multas, encarcelamiento y otras formas de acoso por parte de las autoridades.

El jefe de la policía, Ahmad Reza Radan, ha sido uno de los principales defensores de este plan, afirmando que la preservación de los valores islámicos es esencial para la identidad nacional de Irán. Bajo su liderazgo, la policía ha intensificado los patrullajes y ha empleado tecnología de vigilancia avanzada para identificar y sancionar a las mujeres que no cumplen con las normas de vestimenta.

A lo largo de los años, el «Plan Luz» ha provocado una resistencia considerable por parte de las mujeres iraníes, así como de otros sectores de la sociedad. A pesar del riesgo de represalias, muchas mujeres han optado por desobedecer estas normas, ya sea quitándose el velo en público o adoptando estilos de vestimenta más liberales que desafían los códigos islámicos. Esta desobediencia se ha convertido en una forma de protesta simbólica contra el régimen y su control sobre la vida personal de los ciudadanos.

El movimiento de resistencia ha sido alimentado por las redes sociales, donde las mujeres comparten imágenes y videos de sí mismas sin el velo, a menudo acompañadas de mensajes de desafío y solidaridad. Estas acciones han ganado atención internacional y han sido respaldadas por organizaciones de derechos humanos que condenan la represión del gobierno iraní y apoyan las demandas de las mujeres por mayores libertades.