La pesca de arrastre: una amenaza para los ecosistemas marinos y el clima global
La pesca de arrastre, una práctica común en la industria pesquera mundial, ha sido identificada como una seria amenaza para los ecosistemas marinos y el clima global, según un estudio reciente publicado en Frontiers in Marine Science.
Este método, que implica el uso de grandes redes arrastradas por barcos para capturar peces y otros organismos marinos, ha demostrado ser altamente destructivo, removiendo grandes poblaciones de especies y alterando los hábitats marinos de manera significativa.
Lo más preocupante es que, según los hallazgos del estudio, la pesca de arrastre es responsable de emitir hasta 370 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono a la atmósfera cada año. Esta emisión masiva de gases de efecto invernadero no solo contribuye al calentamiento global, sino que también tiene efectos adversos en la vida marina y los ecosistemas oceánicos.
El informe advierte que si no se toman medidas para abordar este problema, se prevé un aumento adicional de entre 0,2 y 0,5 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera para el año 2030. Esto podría agravar aún más el cambio climático y sus impactos asociados.
En respuesta a esta preocupante situación, la Unión Europea ha anunciado medidas para proteger los ecosistemas marinos, incluyendo la prohibición de la pesca de arrastre en 87 áreas marinas del Atlántico para el año 2030. Además, desde 2016, esta técnica está prohibida en la UE en profundidades superiores a los 800 metros, y se han implementado restricciones similares en otras regiones, como en el Atlántico Noreste y en países como Islandia.
Estas acciones son un paso importante hacia la preservación de nuestros océanos y la vida marina, pero se necesitan esfuerzos adicionales a nivel mundial para abordar eficazmente los impactos devastadores de la pesca de arrastre en nuestros ecosistemas marinos y en el clima global.