La OTAN diseña una estrategia «a prueba de Trump» ante un posible retorno a la Casa Blanca
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se encuentra en un proceso de adaptación y planificación estratégica ante la posible reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. La preocupación en la OTAN no es infundada; durante su mandato, Trump mostró una actitud ambivalente e incluso hostil hacia la alianza militar, cuestionando la utilidad de la OTAN y presionando a los países miembros para que aumentaran sus gastos de defensa.
Desde su campaña electoral en 2016, Trump criticó abiertamente a la OTAN, calificándola de «obsoleta» y amenazando con retirarse de la alianza si los demás miembros no incrementaban sus contribuciones financieras. Durante su presidencia, estas amenazas se tradujeron en una presión constante sobre los aliados europeos para que cumplieran con el objetivo del 2% del PIB en gasto militar, un compromiso establecido en la Cumbre de Gales de 2014 pero que pocos países habían cumplido hasta entonces.
Trump también se mostró reacio a comprometerse con el principio de defensa colectiva, consagrado en el Artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, el cual establece que un ataque contra un miembro se considera un ataque contra todos. Esta postura generó incertidumbre y preocupación en Europa, especialmente en los países bálticos y Polonia, que dependen en gran medida del paraguas de seguridad estadounidense ante la amenaza percibida de Rusia.
Estrategia actual de la OTAN
Con la perspectiva de un posible regreso de Trump a la Casa Blanca en 2025, la OTAN está desarrollando una estrategia que busca minimizar el impacto de cualquier decisión abrupta del magnate que pudiera socavar la cohesión y efectividad de la alianza. Esta estrategia incluye varios componentes clave:
- Aumento del gasto en defensa: Los países europeos han incrementado sus presupuestos de defensa de manera significativa en los últimos años. Alemania, por ejemplo, ha anunciado planes para alcanzar el 2% del PIB en gasto militar, una medida que no solo responde a las demandas de Trump, sino también a la creciente percepción de amenazas en el entorno global, particularmente tras la invasión rusa de Ucrania.
- Diversificación de capacidades militares: La OTAN está impulsando la adquisición de capacidades militares avanzadas y la mejora de la interoperabilidad entre las fuerzas armadas de los países miembros. Esto incluye la modernización de equipos, la integración de nuevas tecnologías y la realización