La OTAN aclara que el uso de misiles por parte de Ucrania en Rusia «depende de los aliados»
En un contexto marcado por la creciente tensión en la guerra entre Ucrania y Rusia, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, afirmó que la posibilidad de que Ucrania utilice misiles de largo alcance para atacar objetivos en territorio ruso depende exclusivamente de la decisión de los aliados de Kiev. Esta aclaración se dio en medio de una serie de reuniones clave con líderes europeos, donde la petición ucraniana ha sido reiterada por su presidente, Volodímir Zelenski, quien insiste en la necesidad de contar con misiles de mayor alcance para defenderse de las agresiones rusas.
Reunión clave en Downing Street
El flamante secretario general de la OTAN, Mark Rutte, se reunió este jueves en Londres con el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. Tras el encuentro, Rutte se dirigió a la prensa en la puerta de Downing Street, donde fue interrogado sobre la postura de la OTAN respecto al uso de misiles occidentales por parte de Ucrania para atacar a Rusia. En sus declaraciones, Rutte fue contundente al señalar que, aunque «legalmente sería posible» utilizar estos misiles en territorio ruso, la decisión final «depende de los aliados de Ucrania».
El pedido de Zelenski ha generado un debate entre las naciones que forman parte de la OTAN, ya que algunos miembros consideran que un ataque directo en territorio ruso podría provocar una escalada aún mayor del conflicto. Rusia ha advertido en repetidas ocasiones que la utilización de armamento occidental en su territorio sería vista como una amenaza directa, y podría desencadenar una expansión del conflicto hacia otros países europeos, lo que incrementaría los riesgos de una guerra a gran escala en el continente.
Las advertencias de Rusia y la cautela de la OTAN
La cuestión del uso de misiles de largo alcance en territorio ruso es extremadamente delicada. Desde el inicio del conflicto, Moscú ha dejado en claro que cualquier ataque en su territorio con armamento suministrado por Occidente sería considerado una agresión directa y podría tener consecuencias catastróficas. Esto incluye la posibilidad de que Rusia amplíe sus ataques a otros países europeos que forman parte de la OTAN o que están brindando apoyo militar a Ucrania. Las advertencias del Kremlin han provocado que muchos países occidentales tomen una postura de mayor cautela respecto al tipo de armamento que envían a Kiev y a cómo se utiliza en el campo de batalla.
Mark Rutte, en sus declaraciones, enfatizó la importancia de debatir este asunto a nivel más amplio dentro de la OTAN y entre los aliados. Si bien expresó su comprensión por la solicitud de Zelenski, el nuevo líder de la OTAN destacó que es fundamental evaluar cuidadosamente las implicaciones de permitir a Ucrania el uso de misiles de largo alcance en territorio ruso. Esta decisión, como remarcó Rutte, no puede tomarse a la ligera, ya que podría tener repercusiones directas en la estabilidad de toda Europa.
El papel crucial del Reino Unido
Durante la conferencia de prensa, Mark Rutte también aprovechó para elogiar al Reino Unido por su constante apoyo a Ucrania. El secretario general destacó el rol fundamental que ha jugado el gobierno británico, no solo a nivel político, sino también militar. El Reino Unido ha sido uno de los principales defensores de Ucrania desde el comienzo del conflicto, proporcionando armas, formación militar y asistencia humanitaria.
Según Rutte, el Reino Unido ha destinado un paquete de ayudas valorado en 3.000 millones de libras (equivalentes a 3.589 millones de euros), lo que ha permitido a Ucrania mantenerse firme en su resistencia contra la invasión rusa. «Lo que el Reino Unido está haciendo por Ucrania es crucial», declaró Rutte, subrayando que la ayuda británica ha sido clave para la formación militar de las tropas ucranianas y la provisión de armamento avanzado.
El próximo ejercicio nuclear de la OTAN
En el marco de esta reunión, Rutte también recordó que el próximo lunes dará inicio el ejercicio nuclear anual de la OTAN, un evento en el que participarán más de 60 aviones y otros aparatos aéreos. Este ejercicio de entrenamiento nuclear, que se llevará a cabo en territorios del Reino Unido, el Mar del Norte, Bélgica y los Países Bajos, forma parte de las medidas rutinarias de preparación de la Alianza Atlántica, y su principal objetivo es asegurar la capacidad de respuesta ante cualquier tipo de amenaza nuclear.
El anuncio de este ejercicio ha generado una mezcla de preocupación y alivio en algunos sectores. Si bien se trata de un entrenamiento previsto desde hace tiempo, su coincidencia con la escalada del conflicto en Ucrania ha levantado suspicacias. Algunos analistas consideran que esta muestra de fuerza por parte de la OTAN podría interpretarse como una advertencia a Rusia, en un momento en que las tensiones en Europa están en su punto más alto desde el final de la Guerra Fría.