La Guerra en Gaza: Más de la mitad de la tierra cultivable dañada, denuncia una ONG

La guerra en Gaza ha tenido un impacto devastador en la región, afectando no solo a la población civil, sino también a la economía agrícola. Según una reciente denuncia de una organización no gubernamental (ONG), más de la mitad de la tierra cultivable en Gaza ha sido dañada como resultado del conflicto armado. Esta situación agrava aún más la crisis humanitaria en una zona ya de por sí vulnerable y afectada por años de conflicto y bloqueo económico.

El conflicto entre Israel y Palestina tiene raíces profundas y complejas, que se remontan a principios del siglo XX. Sin embargo, la situación en Gaza se ha deteriorado significativamente en las últimas dos décadas. Desde la retirada de las fuerzas israelíes y los colonos en 2005, Gaza ha estado bajo el control de Hamas, un grupo militante islámico. Esto ha llevado a múltiples enfrentamientos con Israel, resultando en operaciones militares que han devastado la infraestructura y el tejido social de la región.

La más reciente escalada de violencia comenzó en mayo de 2021, con enfrentamientos que rápidamente se convirtieron en uno de los episodios más sangrientos de la última década. Los bombardeos aéreos y los ataques con cohetes han tenido consecuencias desastrosas no solo para la infraestructura urbana, sino también para el sector agrícola, que es vital para la subsistencia de la población local.

La ONG que denuncia la situación en Gaza ha resaltado cómo la guerra ha destruido más de la mitad de las tierras cultivables. Esto incluye la destrucción de cultivos, la contaminación del suelo por restos de explosivos y la destrucción de infraestructuras esenciales como pozos de agua y sistemas de riego. La agricultura en Gaza no solo es una fuente de alimentos, sino también una parte crucial de la economía local. Con la tierra dañada, muchas familias agricultoras han perdido su única fuente de ingresos.

El daño a la tierra cultivable también tiene un efecto a largo plazo. La restauración del suelo y la reconstrucción de la infraestructura agrícola tomarán años, y requerirán inversiones significativas que son difíciles de conseguir en una región con acceso limitado a recursos financieros y ayuda internacional. Además, la continuidad del conflicto hace que cualquier intento de reconstrucción sea vulnerable a futuros episodios de violencia.

La destrucción de tierras cultivables ha exacerbado la crisis humanitaria en Gaza. La región ya enfrenta altos niveles de pobreza y desempleo, y la inseguridad alimentaria es un problema creciente. Muchas familias dependen de la agricultura para su alimentación diaria y para obtener ingresos mediante la venta de productos en los mercados locales. Con la destrucción de los cultivos, la capacidad de autoabastecimiento se ha visto gravemente afectada, obligando a muchas personas a depender de la ayuda humanitaria para sobrevivir.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras organizaciones internacionales han advertido repetidamente sobre la situación crítica en Gaza. La falta de acceso a agua potable, alimentos, medicinas y otros recursos básicos está llevando a una situación insostenible para la población. Los niños, las mujeres y los ancianos son los más afectados, enfrentando malnutrición, enfermedades y traumas psicológicos debido al constante estado de guerra y privaciones.