Judíos Ultraortodoxos en Israel: Un conflicto permanente por el Servicio Militar
El servicio militar en Israel es una obligación para la mayoría de los ciudadanos. Sin embargo, desde hace décadas, existe un grupo que ha resistido esta imposición: los judíos ultraortodoxos, conocidos como haredim. Este sector de la sociedad israelí ha sido históricamente exento de cumplir con el servicio militar obligatorio, lo que ha generado un conflicto social y político profundo dentro del país. En los últimos tiempos, la tensión ha escalado, llevando a enfrentamientos entre la policía y los miembros de esta comunidad, que se resisten con firmeza a cualquier cambio en su estatus.
En este artículo, exploraremos en detalle las raíces de este conflicto, las razones detrás de la negativa de los haredim a participar en el servicio militar, las implicaciones sociales y políticas de esta resistencia, y cómo el gobierno israelí ha intentado, con escaso éxito, resolver este problema. Además, analizaremos las perspectivas futuras de este conflicto que amenaza con seguir dividiendo a la sociedad israelí.
El conflicto en torno al servicio militar de los judíos ultraortodoxos tiene sus raíces en la fundación del Estado de Israel en 1948. En aquel momento, el primer ministro David Ben-Gurión decidió eximir del servicio militar a un pequeño grupo de estudiantes de yeshivá (escuelas religiosas), con el objetivo de preservar el estudio religioso en el nuevo Estado judío. Esta exención se basaba en la creencia de que el estudio de la Torá era tan vital para la supervivencia espiritual del pueblo judío como la defensa militar lo era para su supervivencia física.
Sin embargo, lo que comenzó como una exención limitada a unos pocos cientos de estudiantes se ha convertido en una excepción que afecta a decenas de miles de jóvenes haredim. Con el paso de los años, la comunidad ultraortodoxa ha crecido significativamente y, con ella, el número de exentos del servicio militar. Este crecimiento ha exacerbado las tensiones entre los haredim y el resto de la sociedad israelí, especialmente entre los sectores laicos y sionistas, que ven en esta exención una injusticia y una carga desigual para el resto de la población.
La resistencia de los haredim al servicio militar se basa en varios factores, tanto religiosos como culturales. En primer lugar, muchos líderes ultraortodoxos creen que el servicio militar podría desviar a los jóvenes del estudio religioso y exponerlos a influencias seculares que amenazarían su estilo de vida y sus valores tradicionales. Para los haredim, la preservación de su identidad religiosa y comunitaria es de vital importancia, y consideran que la participación en el ejército, una institución percibida como secular y sionista, sería incompatible con su modo de vida.
Además, la vida en las yeshivás es vista como una forma de servicio espiritual que contribuye al bienestar de todo el pueblo judío. Según esta visión, los estudiantes de yeshivá que se dedican al estudio de la Torá están cumpliendo un deber sagrado que es tan esencial como la defensa militar del país. Este argumento ha sido central en la resistencia haredí a cualquier intento de reclutamiento.
A lo largo de los años, esta resistencia se ha manifestado en protestas, manifestaciones y, en algunos casos, enfrentamientos violentos con las autoridades. Los intentos del gobierno israelí de reformar la ley de exenciones y de incluir a los haredim en el servicio militar han sido recibidos con una oposición feroz, tanto en las calles como en el ámbito político. Los líderes ultraortodoxos han advertido repetidamente que cualquier intento de obligar a los jóvenes haredim a unirse al ejército podría desencadenar una crisis social de gran magnitud.
El conflicto en torno al servicio militar de los haredim tiene profundas implicaciones políticas en Israel. La comunidad ultraortodoxa es un bloque electoral significativo, y sus partidos han desempeñado un papel crucial en la política israelí, especialmente en los gobiernos de coalición. Debido a su influencia política, los partidos ultraortodoxos han podido preservar las exenciones del servicio militar a lo largo de los años, a pesar de la creciente presión de otros sectores de la sociedad.
Las exenciones han sido objeto de intenso debate en la Knéset (parlamento israelí), y varios gobiernos han intentado, sin éxito, reformar la ley para hacer que más jóvenes haredim sirvan en el ejército. Estos intentos han incluido propuestas para aumentar el número de reclutas haredim mediante incentivos económicos y programas de servicio civil alternativo. Sin embargo, cada vez que se ha propuesto una reforma significativa, los partidos ultraortodoxos han amenazado con retirarse de la coalición gubernamental, lo que ha llevado a que las reformas se diluyan o se abandonen por completo.
Este conflicto también ha repercutido en la relación entre la población laica y la religiosa en Israel. Muchos israelíes laicos sienten que llevan una carga desproporcionada en la defensa del país, mientras que los haredim se benefician de los sacrificios de los demás sin contribuir de manera equitativa. Esta percepción ha alimentado el resentimiento y ha profundizado las divisiones dentro de la sociedad israelí.