Javier Milei rechaza el «Pacto del Futuro»

En un giro significativo de la política exterior argentina, la canciller Diana Mondino anunció durante la Asamblea General de las Naciones Unidas que el país se disocia del «Pacto del Futuro». Esta iniciativa, destinada a establecer una hoja de ruta para el desarrollo sostenible y la reforma de la arquitectura multilateral, ha sido objeto de intensos debates y críticas en el foro global.

El «Pacto del Futuro» se ha desarrollado en los últimos dos años con el objetivo de crear compromisos internacionales sobre temas cruciales como el cambio climático, la paz mundial, y la regulación del uso de la inteligencia artificial. Sin embargo, su implementación ha encontrado resistencia de varios países, incluidos Brasil, México, Rusia e Irán, que ven sus intereses geopolíticos amenazados. En contraste, naciones como Estados Unidos y Alemania consideran que esta iniciativa podría transformar el panorama internacional en las próximas décadas.

Durante su discurso, Mondino articuló la postura del presidente Milei, enfatizando que Argentina opta por una disociación ideológica del pacto. «La ONU es un fósil institucional que carece de la capacidad necesaria para resolver conflictos globales y que, en muchos casos, muestra un sesgo pro-Palestina», afirmó Mondino. Esta perspectiva resuena con las creencias de Milei, quien argumenta que las normativas globales no deberían limitar el desarrollo soberano de Argentina.

La canciller subrayó que el país tiene el derecho de perseguir sus propias políticas sin las restricciones impuestas por acuerdos internacionales que no reflejan sus prioridades. «Las agendas como esta son aspiraciones jurídicas no vinculantes, y cada Estado tiene la soberanía para interpretarlas y adaptarlas a sus realidades», expresó Mondino, dejando claro que Argentina busca avanzar con autonomía en su desarrollo.

Sin embargo, esta decisión de disociarse del «Pacto del Futuro» plantea preguntas sobre las futuras relaciones de Argentina en el contexto global. La postura de Milei ha alineado a Argentina con países que también se oponen a la iniciativa, pero que pueden ser percibidos como aliados poco convencionales en la comunidad internacional. Este movimiento podría complicar las relaciones con los socios tradicionales de Argentina, como Estados Unidos, Canadá y Japón, especialmente en momentos en que el país necesita apoyo para mejorar su situación económica.

La Visita a El Ohel y la Agenda en Nueva York

Antes de su intervención en la ONU, Milei visitó la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, una figura destacada en la comunidad judía, en un gesto que refleja su conexión con la religión y la cultura judía. Este viaje privado se realizó en compañía de miembros de su gabinete y amigos rabinos.

En el marco de su gira, el presidente también programó actividades en Wall Street, donde planea tocar «la campanita» y presentar su plan económico a inversores. Esta serie de encuentros incluye una reunión con Elon Musk para discutir posibles inversiones en tecnología e inteligencia artificial, así como una exposición en el influyente Consejo de Relaciones Exteriores.

La anticipación es alta respecto a su primer discurso en la ONU, donde Milei pretende adoptar un enfoque crítico hacia el sistema multilateral actual, al tiempo que busca presentar una visión renovada para Argentina en el escenario internacional. Su mensaje se enmarca en un contexto geopolítico complejo, caracterizado por tensiones en Medio Oriente y Europa Central, así como por la creciente influencia de China en el ámbito económico.

Con esta disociación del «Pacto del Futuro», Milei busca reafirmar su agenda de libertad económica y desarrollo soberano, aunque su decisión podría tener repercusiones significativas en la forma en que Argentina se relaciona con el resto del mundo. A medida que avanza su visita a Nueva York, los ojos estarán puestos en cómo se desarrollan sus próximas intervenciones y en qué dirección llevará su administración las relaciones exteriores del país.