Israel informó a Estados Unidos que planea llevar a cabo «operaciones limitadas» dentro del Líbano
Israel ha informado a Estados Unidos que está planeando llevar a cabo «operaciones limitadas» dentro del sur del Líbano, específicamente enfocadas en la infraestructura de Hezbollah, según confirmó el portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Matthew Miller. Estas acciones están orientadas hacia la destrucción de lanzadores de cohetes que Hezbollah utiliza para atacar el norte de Israel. La comunicación entre ambos países se produce en un momento de creciente tensión tras el reciente bombardeo israelí en el que fue asesinado el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah.
La operación, que todavía no tiene fecha anunciada públicamente, busca neutralizar las posiciones clave de Hezbollah cerca de la frontera entre Israel y Líbano, una zona históricamente conflictiva y de alta volatilidad. Miller indicó que los detalles específicos sobre el momento y propósito de estas incursiones corresponderá a Israel revelarlos en su debido momento.
Este anuncio se alinea con los informes del diario The Washington Post, que citando a fuentes estadounidenses e israelíes, mencionó que Israel estaría ultimando los preparativos para una incursión en el sur del Líbano tras la muerte de Nasrallah. El objetivo es destruir las infraestructuras de Hezbollah, que son fundamentales para sus operaciones militares en la región.
Por su parte, el presidente estadounidense Joe Biden, al ser preguntado sobre su conocimiento de estos planes, respondió con una afirmación que sugiere que está completamente informado sobre las intenciones israelíes: «Tengo más conocimiento de ellos de lo que usted cree». Esto indica una estrecha colaboración entre ambos gobiernos, pese a las advertencias estadounidenses sobre la importancia de la diplomacia en la resolución de conflictos.
El bombardeo que resultó en la muerte de Nasrallah ha generado una preocupación aún mayor sobre las posibles represalias de Irán, un aliado crucial de Hezbollah. Esta situación ha aumentado el riesgo de una escalada del conflicto en una región ya de por sí inestable, con consecuencias potencialmente desastrosas para el equilibrio de poder en el Medio Oriente.
El secretario de Estado, Antony Blinken, reiteró que, a pesar de los acontecimientos recientes, la diplomacia sigue siendo la vía más efectiva para solucionar la crisis. Sin embargo, los movimientos militares de Israel parecen estar dirigidos a reforzar su seguridad inmediata frente a los ataques de Hezbollah, que ha estado intensificando sus agresiones con cohetes hacia poblaciones del norte de Israel.
Esta operación en el Líbano ocurre en un contexto de alta tensión entre Israel y sus vecinos, particularmente Hezbollah, un grupo chií respaldado por Irán que ha sido considerado una amenaza significativa para la seguridad israelí. Las hostilidades entre Israel y Hezbollah han sido un punto recurrente de conflicto en la región, y cada nuevo enfrentamiento abre la puerta a una posible escalada bélica.
El aeropuerto de Beirut, que ha sido un punto clave en esta zona de conflicto, ya ha sido objetivo de ataques previos por parte de Israel, donde el gobierno israelí anunció recientemente la destrucción de un lanzador de misiles de Hezbollah cerca de las instalaciones del aeropuerto. Este tipo de acciones militares muestra la capacidad de Israel para llevar a cabo ataques quirúrgicos y rápidos, pero también evidencia la complejidad de mantener la estabilidad en una región con múltiples actores con intereses enfrentados.
Con las tensiones en aumento y la incertidumbre sobre cómo responderá Hezbollah o Irán ante estas incursiones israelíes, la comunidad internacional observa de cerca los próximos pasos de ambas partes. La diplomacia, que Estados Unidos sigue promoviendo como la solución más viable, puede verse opacada por la realidad sobre el terreno si las operaciones militares israelíes en el sur del Líbano escalan más allá de las fronteras que inicialmente han comunicado a sus aliados en Washington.