Irán advierte que atacará la industria energética de Israel si es agredido
La tensión entre Irán e Israel ha alcanzado un nuevo pico de peligro luego de que la Guardia Revolucionaria iraní lanzara una amenaza directa a Tel Aviv. El subcomandante de esta poderosa fuerza militar, el general de brigada Ali Fadavi, advirtió que si Israel decide llevar a cabo un ataque contra Irán, su país responderá atacando las infraestructuras energéticas clave del estado judío.
En una declaración transmitida por los medios iraníes, Fadavi fue enfático al decir que “si el régimen sionista comete un error, atacaremos todas sus fuentes de energía, estaciones, refinerías y campos de gas”. Esta amenaza explícita pone en evidencia la creciente hostilidad entre ambas naciones, que han estado inmersas en una escalada bélica en las últimas semanas.
Ataques previos y amenazas de represalias
La advertencia de Irán se produce pocos días después de un bombardeo nocturno en territorio israelí, que las autoridades de Tel Aviv atribuyen a fuerzas iraníes. En respuesta a este ataque, Israel ha prometido vengar la agresión, lo que ha llevado a Irán a endurecer su postura y emitir esta amenaza a su industria energética, un sector vital para la economía israelí.
Fadavi, conocido por su retórica beligerante, señaló además que mientras Israel depende de solo tres centrales eléctricas y un número limitado de refinerías, Irán es un país con vastos recursos y una geografía extensa, lo que implica una mayor capacidad de resistencia y respuesta ante ataques. La comparación entre las infraestructuras energéticas de ambos países subraya la vulnerabilidad de Israel frente a un conflicto prolongado.
La palabra de Ali Jameneí
El líder supremo de Irán, Ali Jameneí, no tardó en respaldar estas declaraciones. Durante una ceremonia religiosa en la mezquita del Imán Jomeiní en Teherán, Jameneí calificó el reciente ataque iraní contra Israel como “el menor de los castigos” por lo que considera la continua agresión israelí en la región.
En un discurso cargado de simbolismo, con un fusil en mano, el líder máximo de la nación persa dijo ante miles de fieles: “Lo que hicieron nuestras fuerzas militares fue el menor de los castigos por la agresión del régimen israelí”. Sus palabras apuntan a que Irán está preparado para intensificar las hostilidades si es necesario, y sugieren que el país considera sus acciones hasta ahora como medidas de contención frente a las provocaciones israelíes.
Un conflicto con consecuencias globales
Este intercambio de amenazas entre Irán e Israel no es un incidente aislado, sino parte de una larga historia de enemistad que ha involucrado tanto enfrentamientos directos como guerras por intermediarios en la región. En los últimos años, ambos países han estado involucrados en múltiples escaramuzas indirectas en Siria, donde Israel ha llevado a cabo ataques aéreos contra posiciones de milicias respaldadas por Irán, y en el Líbano, donde el grupo Hezbolá, aliado de Teherán, se ha enfrentado repetidamente a las fuerzas israelíes.
Sin embargo, lo que hace que la situación actual sea particularmente peligrosa es la posibilidad de que un conflicto directo y sostenido entre estas dos potencias regionales tenga repercusiones más allá de Medio Oriente. Las amenazas de atacar la infraestructura energética de Israel tienen el potencial de afectar no solo a la región, sino también al suministro global de energía, dada la importancia estratégica de la zona en términos de producción y distribución de petróleo y gas.
Reacciones internacionales
A nivel internacional, la comunidad global sigue de cerca los acontecimientos. Mientras que algunos países árabes, como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, han manifestado su preocupación por la creciente influencia de Irán en la región, otros, como Rusia y China, han mantenido una postura más neutral, aunque con interés en contener el conflicto para evitar una disrupción en el mercado energético.
Estados Unidos, principal aliado de Israel, ha expresado su respaldo al derecho de este país a defenderse, pero al mismo tiempo ha instado a la moderación. La administración Biden ha estado intentando, sin éxito hasta ahora, revitalizar el acuerdo nuclear con Irán, un pacto que, según Washington, podría reducir las tensiones en la región y evitar un conflicto mayor.
Sin embargo, Irán ha sido firme en su rechazo a cualquier concesión que implique una limitación a su capacidad de defensa, y ha señalado que las sanciones impuestas por Estados Unidos en los últimos años son una forma de guerra económica que debe ser levantada antes de que se considere cualquier tipo de negociación.
La vulnerabilidad de Israel
La amenaza directa contra las infraestructuras energéticas israelíes pone de relieve un punto débil crítico en la estrategia defensiva de Israel. Aunque el país cuenta con uno de los ejércitos más avanzados tecnológicamente de la región, su pequeña geografía y su dependencia de unas pocas instalaciones energéticas lo hacen vulnerable a un ataque coordinado.
En particular, los campos de gas offshore, como Leviatán y Tamar, son objetivos de gran importancia estratégica. Estos yacimientos no solo suministran una parte significativa de la energía del país, sino que también son una fuente crucial de ingresos para el gobierno israelí a través de exportaciones de gas a países vecinos, incluidos Egipto y Jordania. Un ataque exitoso contra estas infraestructuras podría tener un impacto devastador en la economía israelí, además de desestabilizar el suministro energético regional.