Irak y Estados Unidos continua el conflicto.
El asesor de Seguridad Nacional iraquí, Qasem al Arayu, ha condenado enérgicamente los recientes ataques llevados a cabo por Estados Unidos contra supuestos cuarteles de milicias chiíes iraquíes. Al Arayu calificó estas acciones como una «violación flagrante de la soberanía iraquí» y expresó su preocupación de que estas medidas no contribuyen a calmar la situación en la región.
Bombardeos contra las fuerzas de movilización popular.
Los bombardeos estadounidenses, dirigidos al cuartel general de las Fuerzas de Movilización Popular, una milicia chií proiraní, han desencadenado tensiones diplomáticas entre Irak y Estados Unidos. Estos ataques se realizaron en represalia por los constantes ataques de milicias contra bases con presencia militar estadounidense tanto en Irak como en Siria.
Llamado a la contención y a la diplomacia.
Al Arayu instó a la parte estadounidense a cesar las agresiones y centrarse en detener la violencia en Gaza en lugar de atacar instalaciones nacionales iraquíes. La declaración se produce en medio de esfuerzos diplomáticos del Gobierno iraquí, que busca negociar el fin de la misión de los asesores militares estadounidenses en el país.
Contexto de tensiones previas.
Estos ataques se suman a las sanciones recientes impuestas por Estados Unidos contra líderes y partidarios de Kataib Hezbollah, la milicia chií proiraní a la que se atribuyen varios ataques contra personal estadounidense en la región. Además, la aerolínea Fly Baghdad también fue sancionada por su presunto apoyo a la Guardia Revolucionaria de Irán y a grupos afines en Irak, Siria y el Líbano.
Riesgos de escalada y llamado a la negociación.
La situación se torna cada vez más delicada, con Irak denunciando agresiones y Estados Unidos respondiendo a las acciones de milicias. La comunidad internacional observa con atención, instando a ambas partes a la contención y al diálogo para evitar una escalada de tensiones en una región ya convulsionada.