Horror en Afganistán: Violación y tortura de una activista de derechos humanos en una cárcel Talibán

La reciente revelación de un video que muestra la violación y tortura de una activista afgana de derechos humanos en una cárcel del régimen talibán ha sacudido la conciencia global. Esta evidencia, obtenida por el periódico británico The Guardian, marca la primera prueba directa de violencia sexual en las prisiones del gobierno fundamentalista talibán. El incidente subraya la brutalidad y la impunidad con que operan las autoridades talibanas y destaca la urgente necesidad de acciones internacionales para proteger los derechos humanos en Afganistán.

El Horror Capturado en Video

The Guardian, en colaboración con la organización de mujeres afganas Rukhshana Media, ha obtenido un video que muestra a una activista siendo obligada a desnudarse y sufrir múltiples agresiones sexuales por parte de dos hombres armados en una cárcel talibán. El video fue grabado con un teléfono móvil por uno de los agresores y enviado posteriormente a la víctima como una amenaza para silenciarla. Esta mujer, quien ha solicitado el anonimato por razones de seguridad, fue arrestada por participar en una protesta contra los talibanes y se exilió tras el ataque.

Testimonios de Otras Víctimas

El caso de esta activista no es aislado. Zarifa Yaqubi y Parwana Nejarabi, otras dos activistas de derechos humanos, también han denunciado haber sido torturadas y abusadas sexualmente durante su encarcelamiento. Yaqubi, de 30 años, fue detenida en noviembre de 2022 y relató haber sido golpeada con cables y sometida a descargas eléctricas. Nejarabi, de 23 años, fue arrestada en 2022 por protestar por los derechos de las mujeres y pasó un mes en régimen de aislamiento, durante el cual fue torturada y amenazada con una sentencia de lapidación.

El Contexto de la Represión Talibán

Desde la toma de poder por los talibanes en agosto de 2021, Afganistán ha experimentado un aumento en la represión de los derechos de las mujeres. Las mujeres tienen prohibido asistir a escuelas secundarias, trabajar en la mayoría de los empleos remunerados, y acceder a espacios públicos como parques y gimnasios. Además, deben cumplir con estrictos códigos de vestimenta. Este «apartheid de género» ha sido condenado por organizaciones de derechos humanos, pero la impunidad prevalece.

Reacciones Internacionales y Falta de Acción

Funcionarios de derechos humanos, como Richard Bennett de la ONU y Heather Barr de Human Rights Watch, han expresado su preocupación por la falta de rendición de cuentas y la estigmatización de la violencia sexual en Afganistán, lo que dificulta que las víctimas denuncien las agresiones. La reciente reunión en Doha para discutir el futuro de Afganistán no incluyó a mujeres afganas ni abordó los derechos de las mujeres, lo que sugiere una preocupante falta de atención internacional sobre estas violaciones.

Impacto en la Comunidad Internacional

La comunidad internacional debe reconocer la gravedad de la situación en Afganistán y tomar medidas decisivas para proteger a las mujeres y niñas afganas. Es esencial que se impongan sanciones y se ejerza presión diplomática sobre el régimen talibán para que cese la violencia y garantice el respeto a los derechos humanos. La sociedad civil global también debe movilizarse para apoyar a las organizaciones locales que trabajan en condiciones extremadamente difíciles para defender los derechos de las mujeres.