«Guerra psicológica»: la «tortura sonora» de Corea del Norte que busca desestabilizar al Sur

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Corea del Norte ha intensificado sus tácticas de guerra psicológica contra Corea del Sur utilizando emisiones sonoras continuas en zonas limítrofes. Desde julio, sonidos descritos como «insoportables y propios de películas de terror» han reemplazado las tradicionales transmisiones propagandísticas, generando un impacto emocional significativo en las comunidades sureñas.

Efectos devastadores en las comunidades

En Dangsan, un pequeño pueblo agrícola cerca de la frontera, los habitantes han reportado insomnio, ansiedad y dolores de cabeza como resultado de esta «contaminación acústica». Incluso los animales, como cabras y gallinas, han sufrido problemas de salud. Aunque el gobierno surcoreano ha implementado medidas como ventanas de doble panel para mitigar el ruido, los residentes consideran estas acciones insuficientes.

Una táctica con historia y nuevos matices

El uso de altavoces y emisiones sonoras no es nuevo en la península coreana; ambas naciones recurrieron a estas prácticas desde la década de 1960. Sin embargo, los actuales ruidos emitidos por Pyongyang, calificados como «deshumanizantes y perturbadores», representan una escalada con claros fines de desestabilización psicológica.

Por su parte, Corea del Sur ha respondido retomando la difusión de música K-pop y noticias destinadas a los ciudadanos norcoreanos, una práctica suspendida en 2018. Este intercambio de emisiones sonoras se suma al aumento de ejercicios militares conjuntos entre Seúl, Estados Unidos y Japón, tensando aún más la situación regional.

Un tablero geopolítico complejo

El ruido es solo una pieza en la estrategia de Corea del Norte. El régimen de Kim Jong-un también ha interferido en señales de GPS, demolido infraestructuras fronterizas y enviado globos con desechos al Sur. Además, recientemente incluyó a Corea del Sur como enemigo oficial en su constitución.

En respuesta, el presidente surcoreano Yoon Suk-yeol ha intensificado alianzas defensivas con Estados Unidos y Japón, y promovido la propagación de información hacia el Norte para debilitar el control del régimen norcoreano.

Exigencias de las comunidades afectadas

Mientras tanto, los habitantes de Dangsan, que suman apenas 400 personas, han solicitado repetidamente que el gobierno de Yoon detenga sus propias transmisiones para reducir las tensiones. Sin embargo, hasta ahora no se ha presentado un plan concreto para resolver este problema que afecta tanto a la población como a la estabilidad emocional de la región.

Este enfrentamiento acústico es un recordatorio de cómo la guerra psicológica puede ser tan devastadora como las confrontaciones directas, afectando la vida cotidiana de quienes se encuentran atrapados en el medio del conflicto.

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