Fuerzas armadas de Venezuela: Pilar de apoyo para la continuidad de Maduro
En un entorno político marcado por la tensión, la incertidumbre y la desconfianza, las Fuerzas Armadas de Venezuela han reafirmado su posición como uno de los principales pilares del gobierno de Nicolás Maduro. Tras las recientes elecciones presidenciales, que han sido objeto de controversia tanto dentro como fuera del país, las Fuerzas Armadas han reiterado su «absoluta lealtad y subordinación» al presidente, consolidando así su victoria y asegurando la continuidad de su mandato. Este artículo explora las implicaciones de este respaldo militar, analizando tanto su impacto en el panorama político interno como en la percepción internacional de Venezuela.
Las elecciones en Venezuela han sido, en los últimos años, una fuente constante de controversia. Las denuncias de fraude, la inhabilitación de candidatos opositores y la falta de transparencia han generado dudas sobre la legitimidad de los procesos electorales en el país. En este escenario, las Fuerzas Armadas han jugado un papel fundamental, no solo en la garantía del orden durante las elecciones, sino también en la validación de los resultados.
El 2024 no fue la excepción. Las elecciones se llevaron a cabo en un contexto de creciente polarización y bajo la atenta mirada de la comunidad internacional. A pesar de las críticas, Maduro emergió como el vencedor, y las Fuerzas Armadas no tardaron en expresar su apoyo incondicional. Este respaldo no es simplemente un acto de lealtad institucional, sino que tiene profundas raíces en la estructura de poder que ha caracterizado al chavismo desde sus inicios.
La declaración de «absoluta lealtad y subordinación» por parte de las Fuerzas Armadas no es solo una formalidad. En Venezuela, el ejército ha sido históricamente un actor clave en la política, y su apoyo es crucial para la estabilidad de cualquier gobierno. Bajo el liderazgo de Hugo Chávez, y ahora con Maduro, las Fuerzas Armadas se han convertido en una extensión del poder ejecutivo, con altos mandos militares ocupando cargos clave en el gobierno y en la administración pública.
Este vínculo entre el gobierno y las Fuerzas Armadas ha sido reforzado por una serie de medidas que han asegurado la lealtad militar. Entre ellas, destacan los beneficios económicos y sociales otorgados a los miembros del ejército, así como la participación directa de los militares en sectores estratégicos de la economía, como la industria petrolera y la minería. Esta simbiosis ha permitido que las Fuerzas Armadas no solo respalden al gobierno en términos políticos, sino que también se beneficien de su continuidad.
El respaldo militar a Maduro tiene profundas implicaciones para la oposición venezolana. A lo largo de los años, los líderes opositores han intentado, sin éxito, ganarse el apoyo de las Fuerzas Armadas o al menos debilitar su lealtad hacia el chavismo. Sin embargo, las declaraciones recientes de los altos mandos militares confirman que, al menos por ahora, esa lealtad permanece intacta.
Este apoyo incondicional también afecta a la sociedad civil, que se encuentra en una posición cada vez más vulnerable. La represión de las protestas, la criminalización de la disidencia y el uso de la fuerza militar para mantener el orden han generado un ambiente de miedo y desconfianza. Para muchos venezolanos, la figura del ejército, que alguna vez fue vista como una institución de defensa del pueblo, se ha transformado en un instrumento de control estatal.
En el ámbito internacional, el respaldo de las Fuerzas Armadas a Maduro no ha pasado desapercibido. Diversos países y organizaciones han expresado su preocupación por la falta de transparencia en las elecciones y por el papel que juegan las Fuerzas Armadas en la perpetuación del poder en Venezuela. Las sanciones impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y otros actores internacionales están, en parte, dirigidas a debilitar esta alianza entre el gobierno y los militares.
Sin embargo, estas sanciones han tenido un impacto limitado en la dinámica interna del país. Si bien han afectado la economía venezolana, no han logrado quebrar la lealtad de las Fuerzas Armadas hacia Maduro. Al contrario, en muchos casos, estas medidas han sido utilizadas por el gobierno para reforzar la narrativa de una «guerra económica» impulsada por actores externos, lo que a su vez fortalece el apoyo militar como una cuestión de defensa nacional.