Filipinas y Japón firman un pacto de cooperación militar en respuesta a la creciente tensión con China
El 8 de julio de 2024, en medio de una escalada de tensiones geopolíticas en el Indo-Pacífico, Filipinas y Japón firmaron un pacto de cooperación militar destinado a contrarrestar los intereses de China en la región. La firma del acuerdo tuvo lugar en Manila, con la presencia del ministro japonés de Defensa, Minoru Kihara, y la ministra de Relaciones Exteriores, Yoko Kamikawa.
El pacto permitirá el despliegue de tropas japonesas y filipinas en los territorios del otro país para realizar ejercicios de entrenamiento y operaciones militares conjuntas. Esto incluye la participación de las Fuerzas de Autodefensa de Japón en los ejercicios militares anuales Balikatan, que también involucran a tropas estadounidenses. La cooperación militar entre ambos países tiene como objetivo fortalecer sus capacidades defensivas y enviar un mensaje claro a China sobre su disposición a defender sus intereses territoriales y soberanos.
El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., resaltó la importancia del acuerdo, subrayando que es un paso crucial para mantener un orden internacional basado en el Estado de derecho. Marcos Jr. destacó el arduo trabajo y la confianza mutua que han permitido la concreción de este pacto, el cual venía negociándose desde febrero de 2023.
Contexto de la disputa territorial
Filipinas y China han mantenido históricas disputas territoriales en el mar de China Meridional, donde otros países como Vietnam, Taiwán, Brunéi y Malasia también reclaman soberanía. En los últimos meses, la tensión ha aumentado significativamente, con enfrentamientos entre buques chinos y filipinos en zonas como los atolones de Scarborough y Second Thomas. Uno de los incidentes más graves ocurrió el 17 de junio pasado, cuando la Guardia Costera china abordó un barco filipino cerca del atolón Second Thomas.
Por otro lado, Japón y China también tienen desacuerdos territoriales en el mar de China Oriental, específicamente sobre las islas controladas por Japón. Las relaciones entre Japón y China se han enfriado desde la Segunda Guerra Mundial, con Japón acercándose cada vez más a Estados Unidos.
Implicaciones regionales e internacionales
El pacto de cooperación militar entre Filipinas y Japón llega en un momento crítico, cuando la región del Indo-Pacífico se encuentra en una encrucijada de influencias geopolíticas. La firma de este acuerdo refleja un esfuerzo concertado por parte de ambos países para consolidar alianzas y presentar una postura unificada frente a la creciente influencia y las acciones agresivas de China.
La comunidad internacional ha estado observando de cerca estos desarrollos. Estados Unidos, un aliado clave de Japón y Filipinas, ha expresado su apoyo a la cooperación entre ambos países. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, elogió el pacto, afirmando que fortalece la seguridad regional y demuestra la firme resolución de los aliados en la región para mantener la paz y la estabilidad.
Reacciones de China
China, por su parte, ha criticado el acuerdo, calificándolo de provocador y acusando a Filipinas y Japón de alinear sus políticas militares con los intereses estadounidenses para contener su ascenso. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, declaró que Beijing «no se quedará de brazos cruzados» y tomará las medidas necesarias para proteger su soberanía e intereses territoriales.
El papel de Estados Unidos
El papel de Estados Unidos en la región del Indo-Pacífico ha sido crucial en el desarrollo de estas alianzas. La administración Biden ha reafirmado su compromiso con la defensa de sus aliados en la región y ha incrementado la cooperación militar y económica con países como Japón y Filipinas. En los últimos años, Estados Unidos ha llevado a cabo varios ejercicios militares conjuntos en la región y ha proporcionado asistencia en defensa a sus socios.
El pacto firmado entre Filipinas y Japón también facilita la integración de las operaciones militares con las fuerzas estadounidenses, aumentando así la interoperabilidad y la capacidad de respuesta ante posibles agresiones. Esta cooperación tripartita se enmarca en una estrategia más amplia para contrarrestar la influencia de China en el Indo-Pacífico y asegurar las rutas marítimas críticas que son vitales para el comercio global.
