Fallece Bob Newhart, celebre comediante de la televisión Estadounidense, a los 94 años

El mundo del entretenimiento ha perdido a una de sus figuras más queridas y emblemáticas. Bob Newhart, el célebre comediante de la televisión estadounidense, falleció a los 94 años, dejando un legado imborrable en la historia de la comedia. Con su característico humor seco y su inigualable talento para la interpretación, Newhart se ganó un lugar especial en los corazones de millones de espectadores durante más de seis décadas.

George Robert Newhart, conocido profesionalmente como Bob Newhart, nació el 5 de septiembre de 1929 en Oak Park, Illinois. Hijo de Julia Pauline y George David Newhart, Bob creció en una familia de clase media. Desde joven, mostró un agudo sentido del humor y una habilidad innata para hacer reír a los demás, aunque no parecía destinado a una carrera en la comedia.

Después de graduarse en 1952 de la Universidad de Loyola con un título en contabilidad, Newhart comenzó a trabajar como contable. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que su verdadera vocación estaba en el mundo del entretenimiento. Durante su tiempo libre, empezó a grabar llamadas telefónicas cómicas con un amigo, creando rutinas que eventualmente se convertirían en el núcleo de su primer álbum de comedia.

El Álbum Revolucionario

El punto de inflexión en la carrera de Newhart llegó en 1960 con el lanzamiento de su álbum «The Button-Down Mind of Bob Newhart». Este disco, compuesto por grabaciones de sus monólogos telefónicos, se convirtió en un éxito instantáneo, alcanzando el número uno en la lista de Billboard y ganando el premio Grammy al Álbum del Año. Fue la primera vez que un comediante lograba tal hazaña, y el álbum sigue siendo uno de los más vendidos de la historia de la comedia.

El éxito de «The Button-Down Mind of Bob Newhart» catapultó a Newhart a la fama, permitiéndole abandonar su trabajo de contable y dedicarse a tiempo completo a la comedia. Su estilo distintivo, basado en pausas cómicas y un humor irónico, resonó con el público y estableció un nuevo estándar en la industria.

La Era Dorada de la Televisión

Con el éxito de su álbum, Newhart no tardó en hacer la transición a la televisión. En 1961, protagonizó «The Bob Newhart Show», un programa de variedades que le valió un premio Emmy. Sin embargo, fue su siguiente serie, también titulada «The Bob Newhart Show» (1972-1978), la que lo consolidó como una estrella de la televisión. En esta serie, interpretaba al psicólogo Dr. Robert Hartley, un personaje entrañable y neurótico que lidiaba con pacientes excéntricos y una vida familiar caóticamente divertida.

El programa fue un éxito tanto crítico como comercial, y Newhart fue nominado varias veces al Emmy por su actuación. La química entre Newhart y sus coprotagonistas, incluyendo Suzanne Pleshette como su esposa Emily y Bill Daily como su vecino Howard, fue una de las claves del éxito de la serie.

Después del final de «The Bob Newhart Show», Newhart volvió a la televisión en 1982 con «Newhart», otra serie exitosa en la que interpretaba a Dick Loudon, un autor de libros de bricolaje que dirigía una posada en Vermont. La serie duró ocho temporadas y es recordada por su innovador final, en el que se reveló que toda la serie había sido un sueño del personaje de Newhart en «The Bob Newhart Show».

A lo largo de su carrera, Newhart demostró ser un maestro de la comedia tanto en la televisión como en el cine. Además de sus exitosas series, apareció en numerosas películas, incluyendo «Elf» (2003), donde interpretó al Papa Elfo, y «The Rescuers» (1977), donde prestó su voz al personaje de Bernard. Su habilidad para interpretar roles tanto cómicos como serios le permitió mantener una carrera longeva y diversa.

Newhart también fue un invitado frecuente en programas de entrevistas y variedades, donde siempre fue bienvenido por su humor ingenioso y su capacidad para contar historias. Su estilo único, caracterizado por pausas calculadas y un tono tranquilo, lo hizo destacar en un mundo donde muchos comediantes optaban por un humor más estridente y físico.

Influencia en la Comedia Moderna

El impacto de Bob Newhart en la comedia es innegable. Su estilo influyó en generaciones de comediantes, incluyendo a figuras como Jerry Seinfeld, Ellen DeGeneres y Conan O’Brien, quienes han citado a Newhart como una de sus principales inspiraciones. Su habilidad para encontrar humor en situaciones cotidianas y su enfoque minimalista establecieron un nuevo estándar en el arte de la comedia.

Newhart también fue un pionero en la grabación de comedia en vivo. Su álbum «The Button-Down Mind Strikes Back!» (1960) fue igualmente exitoso, demostrando que su humor resonaba tanto en grabaciones como en presentaciones en vivo. Esta capacidad para conectar con el público de diversas maneras ayudó a establecer el formato de álbumes de comedia que sigue siendo popular hoy en día.

A pesar de su fama, Newhart siempre mantuvo una vida personal relativamente discreta. En 1963, se casó con Virginia «Ginnie» Quinn, hija del actor de carácter Bill Quinn. La pareja tuvo cuatro hijos y permaneció junta hasta el fallecimiento de Ginnie en 2013. Newhart era conocido por su devoción a su familia y por su fe católica, la cual jugó un papel importante en su vida.

En entrevistas, Newhart a menudo hablaba con cariño de su esposa e hijos, y se consideraba afortunado de haber tenido una carrera exitosa y una vida familiar estable. Su matrimonio de 50 años fue una rareza en la industria del entretenimiento, y su relación con Ginnie fue una fuente constante de fortaleza y apoyo.

A lo largo de su carrera, Bob Newhart recibió numerosos premios y reconocimientos. Además de sus premios Grammy y Emmy, fue honrado con un Kennedy Center Honor en 2002 y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. En 2013, recibió el premio Mark Twain por el Humor Americano, uno de los más altos honores en el campo de la comedia.

Newhart también fue objeto de tributos y homenajes de parte de sus colegas y fans. Su influencia en la comedia y su capacidad para hacer reír a generaciones de espectadores le aseguraron un lugar permanente en el panteón de los grandes comediantes. Su estilo y legado continúan inspirando a nuevos talentos y entreteniendo a audiencias de todo el mundo.