Explosión masiva sacude al Líbano: Israel evalúa su respuesta mientras crece la tensión en la frontera
El Líbano se encuentra en estado de shock tras una serie de explosiones que han dejado al menos 9 muertos y cerca de 4.000 heridos en un trágico episodio que vuelve a encender las tensiones en Medio Oriente. Las explosiones, atribuidas inicialmente a la detonación de dispositivos buscapersonas de Hezbollah, han afectado de manera catastrófica a Beirut y sus alrededores, sumiendo al país en un caos humanitario y político.
El origen de las explosiones
El devastador suceso se desencadenó el 17 de septiembre cuando, según los informes preliminares, cientos de dispositivos buscapersonas explotaron en múltiples puntos estratégicos del Líbano. Estas explosiones coincidieron con una escalada en las hostilidades entre Hezbollah, el grupo chií libanés, e Israel, quienes llevan meses envueltos en un conflicto en la frontera norte de Israel y el sur del Líbano.
Hezbollah y el Gobierno libanés no tardaron en responsabilizar a Israel por el ataque, acusando al Estado judío de haber provocado las detonaciones. Sin embargo, hasta el momento, las fuerzas armadas israelíes no han asumido la autoría del ataque, manteniéndose fieles a su tradicional política de silencio cuando se trata de operaciones militares sensibles.
La respuesta de Israel
Tras el incidente, el Ejército israelí emitió un comunicado en el que declaró que «no hay cambios en las directrices militares» para las tropas desplegadas en la frontera norte. Aunque no se mencionó directamente al Líbano ni a Hezbollah, la declaración subraya la necesidad de «mantener la vigilancia», lo que refleja la tensión latente en la zona.
El jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, se reunió con los altos mandos militares para revisar la situación y discutir las posibles respuestas ante el ataque. Según se informó, la reunión puso «énfasis en la preparación para el ataque y la defensa», sugiriendo que Israel podría estar preparando una escalada militar en respuesta a los recientes acontecimientos.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, también intervino, afirmando que el foco de Israel se está trasladando cada vez más hacia su frontera con el Líbano. Gallant señaló que, aunque las «misiones» en la Franja de Gaza están cerca de completarse, el enfrentamiento con Hezbollah se ha convertido en la principal preocupación para el Estado israelí.
Un conflicto en aumento
Desde el 8 de octubre de 2023, Israel y Hezbollah han estado inmersos en un intenso intercambio de fuego a lo largo de la frontera. Hezbollah, respaldado por Irán y alineado con las milicias palestinas en Gaza, ha lanzado una serie de ataques en solidaridad con el conflicto que también sacude a la Franja. Este fuego cruzado ha provocado el desplazamiento de miles de personas en el norte de Israel, y según fuentes oficiales, más de 60.000 israelíes han sido evacuados de sus hogares y trasladados a hoteles o casas de familiares para mantenerse a salvo.
En este contexto, los ataques del 17 de septiembre han exacerbado una situación ya frágil. Durante los últimos once meses, el conflicto entre Hezbollah e Israel ha cobrado más de 650 vidas a ambos lados de la frontera. La mayoría de las víctimas han sido miembros de Hezbollah, que ha reconocido alrededor de 400 bajas, incluidas algunas en Siria, donde también opera el grupo chií en apoyo del régimen de Bashar al-Assad.
En Israel, las cifras son igualmente preocupantes. Un total de 50 personas han fallecido en el norte del país, incluidos 24 militares y 26 civiles. Entre las víctimas civiles se encontraban 12 menores, quienes perdieron la vida en un ataque con cohetes en los Altos del Golán sirios, un territorio que Israel ocupó tras la Guerra de los Seis Días en 1967.
La incertidumbre en el Líbano
La explosión ha dejado al Líbano sumido en una profunda incertidumbre. El sistema de salud del país, ya debilitado por años de crisis económica y política, se ha visto abrumado por la cantidad de heridos que han llegado a los hospitales locales. Los centros médicos han lanzado un llamado urgente solicitando donaciones de sangre y equipos médicos para poder hacer frente a la emergencia.
Además de los heridos, la destrucción material es significativa. Las explosiones han devastado edificios residenciales y comerciales, dejando a miles de personas sin hogar. Imágenes impactantes muestran calles cubiertas de escombros y vehículos destruidos, mientras los equipos de rescate intentan encontrar sobrevivientes bajo los escombros.
El Gobierno libanés ha decretado un día de duelo nacional y ha solicitado ayuda internacional para hacer frente a la catástrofe. Sin embargo, el país enfrenta serios desafíos a la hora de coordinar una respuesta efectiva, ya que la debilidad estructural del Estado y la fuerte influencia de Hezbollah en la política nacional complican cualquier intento de estabilización.
El silencio estratégico de Israel
Históricamente, Israel ha mantenido una política de ambigüedad en cuanto a sus operaciones militares en el extranjero, especialmente en conflictos tan delicados como el que enfrenta con Hezbollah. Este silencio estratégico permite a Israel llevar a cabo acciones militares sin tener que admitir responsabilidad pública, lo que podría escalar rápidamente a un conflicto de mayor envergadura.
Un ejemplo reciente de esta estrategia fue el asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán a finales de julio de 2024. Aunque Irán acusó a Israel de estar detrás del ataque, el gobierno israelí nunca reconoció oficialmente su participación. Esta ambigüedad permite a Israel mantener una postura de defensa mientras se reserva el derecho de atacar a quienes considera una amenaza.
En este caso, la explosión de los dispositivos buscapersonas de Hezbollah podría encajar en esta política de silencio. A pesar de las acusaciones del Líbano y Hezbollah, Israel no ha emitido ningún comunicado que confirme su responsabilidad en las detonaciones, lo que deja abierta la posibilidad de que las explosiones sean el resultado de un accidente o una operación encubierta.
