A primera vista, Novaya Zemlya, que se traduce como «Nueva Tierra» en ruso, puede parecer un paisaje árido y remoto sin mucho que ofrecer. Sin embargo, detrás de su aparente tranquilidad se esconde una historia impactante que la convierte en un lugar único en el mundo.

Un legado nuclear.

En julio de 1954, la isla fue designada como sitio de pruebas nucleares, y durante más de 35 años, Novaya Zemlya fue testigo de 224 detonaciones nucleares. Estas pruebas tuvieron un rendimiento total equivalente a 265 megatones de TNT. Entre ellas, destaca el 10 de julio de 1961, cuando el Primer Ministro Nikita Kruschev reveló su plan de construir la famosa «Bomba Zar». El 30 de octubre de ese mismo año, esta colosal ojiva de veintisiete toneladas fue detonada, generando una explosión estimada entre cincuenta y sesenta megatones, diez veces más potente que todos los explosivos utilizados durante la Segunda Guerra Mundial combinados.

Impacto global y prohibiciones.

La gigantesca explosión formó una nube en forma de hongo que alcanzó una altura asombrosa de 64 kilómetros (40 millas). La onda de choque viajó alrededor del mundo tres veces antes de disiparse. En 1963, el Tratado de Prohibición Limitada de Ensayos Nucleares prohibió los ensayos atmosféricos, aunque los subterráneos continuaron hasta 1991.

El presente de Nueva Zembla,

Hoy en día, gran parte de la isla sigue siendo una base militar, recordando su pasado nuclear. Sin embargo, la parte sur del archipiélago atrae la atención de cruceros y turistas que buscan explorar sus hermosas montañas y glaciares, así como avistar a los esquivos osos polares que habitan la isla.

Accesibilidad y turismo.

Para aquellos viajeros intrépidos interesados ​​en explorar esta tierra única, hay dos vuelos semanales desde Arkhangel’sk al aeropuerto de Rogachevo, a solo 9 km de Belushya Guba, el centro administrativo de la isla. Además, varias compañías de cruceros ofrecen la oportunidad de navegar cerca de Novaya Zemlya, brindando una experiencia única que fusiona la historia nuclear con la impresionante belleza natural del Ártico ruso.

Un viaje que desafía el pasado.

Explorar Novaya Zemlya es adentrarse en un territorio que ha sido testigo de eventos históricos impactantes y que, al mismo tiempo, cautiva con su espectacular entorno ártico. Un viaje que desafía el pasado y revela la dualidad única de este rincón remoto del planeta.

Este artículo invita a descubrir Novaya Zemlya, donde la historia nuclear se encuentra con la belleza natural del Ártico, creando una experiencia única para los viajeros aventureros.

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