Estados Unidos confirma a Dennis Hankins como nuevo embajador en Haití.
En medio de la creciente crisis social y política en Haití, el Senado de Estados Unidos ha ratificado este jueves el nombramiento del diplomático Dennis Hankins como el nuevo embajador para el país caribeño. Con 89 votos a favor y uno en contra, la confirmación de Hankins llega más de dos años después de que el cargo quedara vacante tras la salida de la exembajadora Michele Sison en octubre de 2021, y la posterior renuncia del enviado especial para el país, Daniel Foote.
Hankins, quien cuenta con experiencia diplomática en la República Democrática del Congo, Guinea y Mali, asumirá su nuevo rol en un momento crítico para Haití, marcado por la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, y un recrudecimiento de la violencia por parte de las pandillas.
El nuevo embajador se enfrenta a un panorama desafiante, con la escalada de la violencia en Haití y la reciente fuga de más de 3,000 presos tras incursiones de bandas en los principales centros penitenciarios de la capital. Además, la situación política en el país se ha vuelto aún más compleja después de que Henry se comprometiera a celebrar elecciones antes de finales de agosto de 2025, una fecha ampliamente criticada por ser demasiado lejana, dado que su mandato debía concluir en febrero de 2022 según un acuerdo de 2022.
La confirmación de Hankins llega en un momento en que Estados Unidos ha desplegado unidades militares para reforzar la seguridad de su embajada en Puerto Príncipe y ha evacuado al personal no esencial. A pesar de esto, el gobierno estadounidense ha insistido en que la embajada sigue abierta y que el despliegue militar tiene como objetivo garantizar su funcionamiento normal.
Mientras tanto, Haití espera el despliegue de una misión multinacional aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU en octubre pasado, en un intento por abordar la crisis en el país. Con la confirmación de Hankins, Estados Unidos busca jugar un papel crucial en los esfuerzos para estabilizar la situación en Haití y facilitar una transición política que contribuya a frenar la violencia y restaurar la estabilidad en la nación caribeña.
