Estados Unidos ataca Yemen por segundo día consecutivo.
El Comando Central estadounidense justifica el ataque al radar hutí, mientras crecen los llamamientos a la contención y la paz en Medio Oriente.
En una escalada preocupante, Estados Unidos llevó a cabo bombardeos selectivos por segundo día consecutivo contra posiciones de los rebeldes hutíes en Yemen. El destructor naval USS Carney disparó misiles de ataque terrestre Tomahawk contra un radar utilizado por los hutíes, según informó el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM).
Acciones dirigidas y respuestas hutíes.
La primera acción se desarrolló en la madrugada en Saná, sin especificar el objetivo, aunque testigos informaron impactos en la base aérea de Al Dailami. El CENTCOM describe la acción como un seguimiento a ataques previos junto con el Reino Unido, destinado a debilitar la capacidad hutí para atacar buques comerciales en el mar Rojo.
En una segunda ronda de bombardeos en Ras Kazip, la ciudad portuaria de Al Hudeida fue el blanco. Aunque Washington no anunció la acción, se produjo poco después de que los hutíes lanzaran un misil desde el puerto de Al Hudeida hacia el sur del mar Rojo. Hasta el momento, los hutíes han guardado silencio sobre posibles represalias.
Llamados a la paz y preocupación internacional.
A pesar de los llamamientos internacionales al autocontrol, la escalada persiste. Irak denunció los intentos de ampliar el conflicto, advirtiendo sobre las consecuencias. El Líbano expresó «extrema preocupación» por la escalada y llamó a la distensión para garantizar la estabilidad en Medio Oriente. La ONU en Yemen mostró «gran preocupación» por el impacto de la escalada en los esfuerzos de paz en el país, sumido en una crisis humanitaria desde 2014.
Temores de una guerra regional.
El temor a una guerra regional crece, especialmente con Estados Unidos insistiendo en que no busca conflicto con los hutíes respaldados por Irán. La situación se complica con los llamamientos a abordar los motivos reales de la escalada, incluyendo la ofensiva israelí y la guerra en Gaza, con la advertencia de que no hacerlo podría expandir el conflicto en la región.