Elecciones Presidenciales en Irán: Cinco conservadores y un reformista aprobados para postularse
En un movimiento que ha capturado la atención tanto de la nación iraní como de la comunidad internacional, el Consejo de Guardianes de Irán ha aprobado a seis candidatos para las elecciones presidenciales del 28 de junio de 2024. De los seleccionados, cinco son conservadores y uno es reformista, lo que refleja las complejidades y tensiones del escenario político iraní.
Las elecciones presidenciales en Irán son un evento significativo que tiene repercusiones tanto a nivel nacional como internacional. El país se encuentra en un punto crítico debido a varios factores, entre ellos, la presión económica, las sanciones internacionales, y el descontento social interno. La administración saliente del presidente Hassan Rouhani, un moderado, ha enfrentado críticas tanto por parte de los conservadores como de los reformistas, particularmente en relación con la gestión económica y las negociaciones nucleares.
Los Candidatos Conservadores
Mohamad Baqer Qalibaf
Uno de los candidatos más destacados es Mohamad Baqer Qalibaf, el actual presidente del Parlamento iraní. Qalibaf, un político veterano y exalcalde de Teherán, es conocido por su enfoque pragmático dentro del espectro conservador. Ha sido una figura clave en la política iraní durante décadas y ha ocupado varios cargos importantes.
Saeed Jalili
Otro candidato conservador es Saeed Jalili, exnegociador nuclear de Irán. Jalili es conocido por su postura dura y su enfoque intransigente en las negociaciones nucleares con las potencias mundiales. Su candidatura representa la línea dura del conservadurismo iraní, que aboga por una resistencia firme contra la presión occidental.
Mostafa Purmohammadí
Mostafa Purmohammadí, exministro de Justicia, también ha sido aprobado para postularse. Conocido por su papel en el sistema judicial iraní, Purmohammadí ha sido una figura controvertida debido a su historial en derechos humanos. Su inclusión en la lista de candidatos refleja la influencia de los elementos más conservadores dentro del aparato estatal.
Alireza Zakani
El alcalde de Teherán, Alireza Zakani, es otro de los candidatos conservadores. Zakani ha sido un crítico vocal del gobierno de Rouhani y ha abogado por políticas más estrictas y una mayor independencia de las influencias occidentales. Su candidatura tiene un fuerte respaldo entre los conservadores urbanos.
Amir Hossein Ghazizadeh
Amir Hossein Ghazizadeh, vicepresidente del Parlamento, completa la lista de candidatos conservadores. Ghazizadeh ha promovido una agenda que combina conservadurismo social con un enfoque en la autosuficiencia económica y la resistencia a las sanciones internacionales.
El Único Reformista: Masoud Pezeshkian
El único candidato reformista aprobado es Masoud Pezeshkian, un médico y político que ha servido como vicepresidente del Parlamento. Pezeshkian representa una facción que aboga por reformas graduales dentro del sistema existente, buscando un equilibrio entre los principios islámicos y las demandas de cambio social y económico. Su candidatura es vista como un intento de mantener cierta representación reformista en una elección dominada por conservadores.
Entre los candidatos descalificados destaca el expresidente Mahmud Ahmadineyad, una figura polarizadora que había intentado regresar a la política activa. Además, tres mujeres que habían presentado sus candidaturas fueron rechazadas, subrayando las continuas restricciones de género en la política iraní.
Implicaciones Internacionales
Las elecciones presidenciales en Irán tienen importantes implicaciones internacionales, especialmente en el contexto de las negociaciones nucleares y las relaciones con Estados Unidos y Europa. La administración de Joe Biden ha mostrado interés en reanudar las conversaciones sobre el acuerdo nuclear de 2015, del cual el expresidente Donald Trump se retiró en 2018. La elección de un presidente conservador podría complicar estos esfuerzos, mientras que un reformista podría facilitar un acercamiento.
En el ámbito nacional, las elecciones se desarrollan en medio de un considerable descontento social. La economía iraní ha sufrido debido a las sanciones y la mala gestión interna, lo que ha llevado a protestas esporádicas y un creciente sentimiento de frustración entre la población. La participación electoral será un indicador clave del estado de ánimo público y la legitimidad del proceso electoral.