El Senado comienza a implementar el sistema de huella de presencialidad
El 6 de junio de 2024, el Senado argentino activó una resolución para implementar un sistema de huella de presencialidad. Este nuevo sistema busca controlar la asistencia de los empleados de la Cámara alta, requiriendo que la planta permanente y algunos trabajadores temporarios registren su asistencia mediante huellas dactilares. Esta medida tiene como objetivo garantizar la transparencia y la eficiencia en el control de la presencia laboral, eliminando posibles casos de empleados que no cumplan con sus obligaciones.
La resolución fue emitida por María Laura Izzo, secretaria administrativa del Senado y mano derecha de la vicepresidenta de la Nación y titular del Senado, Victoria Villarruel. Este sistema de huella de presencialidad se había intentado implementar durante la gestión de Gabriela Michetti, pero fue suspendido por el kirchnerismo durante la presidencia de Alberto Fernández debido a la pandemia de COVID-19.
La pandemia trajo consigo la necesidad de modificar las pautas de habilitación y control de ingreso a las instalaciones del Senado, lo que implicó la suspensión del sistema de presentismo por datos biométricos. Con la mejora de la situación sanitaria, se decidió reactivar este sistema para garantizar la presencia efectiva de los empleados.
El proceso de registro de huellas dactilares comenzó el 10 de junio y se extenderá hasta el 16 de julio, abarcando un total de 26 días. Durante este período, cerca de 1.500 empleados deben cumplir con el trámite. Sin embargo, los resultados iniciales han mostrado que más de 200 empleados no se presentaron a registrar su asistencia. De estos, alrededor de 140 no justificaron su ausencia, mientras que unos 70 sí lo hicieron.
Para evitar cualquier tipo de inconveniente o sospecha, el Senado ha decidido otorgar una semana adicional para que los empleados que no cumplieron con el trámite puedan regularizar su situación. Esta medida busca asegurar que todos los empleados registren su huella dactilar y se adhieran al nuevo sistema de control de asistencia.
La implementación del sistema de huella de presencialidad no ha estado exenta de desafíos. Durante la gestión de Villarruel e Izzo, se han tomado medidas adicionales para mejorar la eficiencia y la transparencia en el Senado. Entre estas medidas, se incluyen el desalojo de oficinas ocupadas por legisladores con mandato cumplido y la desvinculación de empleados que no cumplían con sus obligaciones laborales.
Uno de los casos más destacados fue el de un empleado que no se presentaba a trabajar y fue desvinculado el 1 de febrero. Tras una investigación, se descubrió que el ex trabajador había aceptado culpabilidad por daños y amenazas en un juicio abreviado en agosto de 2021 y había usado una tobillera electrónica durante meses, lo que no le impidió continuar con su relación laboral con la Cámara alta.