El Gobierno no descartó el cierre de Aerolíneas Argentinas y responsabilizó a los sindicalistas

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En el contexto del debate sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas, el secretario de Transporte, Franco Mogetta, no descartó la posibilidad de cerrar la aerolínea estatal, culpando directamente a los sindicatos aeronáuticos por la presión ejercida sobre los gerentes que han renunciado en los últimos días. Estas declaraciones ocurrieron durante un plenario de comisiones en la Cámara de Diputados, donde funcionarios del Gobierno expusieron la situación crítica de la compañía y defendieron la necesidad de su privatización debido al fuerte costo fiscal que genera cada año.

Mogetta afirmó que los gremialistas han presionado a varios gerentes de la compañía, lo que ha generado la renuncia del gerente operacional, un puesto clave para el funcionamiento de la aerolínea. «Estamos buscando reemplazos, pero si no logramos cubrir estos cargos, la compañía no podrá operar y no quedaría otra que cerrarla», sentenció el funcionario, destacando que la situación ha sido generada por los propios sindicatos.

El debate sobre la privatización de Aerolíneas se centró en la necesidad de reducir el déficit crónico de la compañía, que según el Gobierno ha costado al Estado argentino 8.000 millones de dólares desde su estatización en 2008. La sesión contó con la participación de funcionarios como José Rolandi, vicejefe de Gabinete Ejecutivo, y el propio Mogetta, quienes defendieron la salida del Estado de la administración de la aerolínea y la necesidad de buscar una alternativa privada para su operación.

Existen dos proyectos principales en la Cámara de Diputados que buscan la privatización de Aerolíneas Argentinas. El primero, liderado por el diputado del PRO Hernán Lombardi, propone autorizar al Poder Ejecutivo a proceder con la venta de la aerolínea. Por otro lado, el proyecto de la Coalición Cívica, liderado por Juan Manuel López, también propone la privatización, argumentando que ya no tiene sentido mantener una aerolínea de bandera, señalando que en muchos países del mundo, como los de la región, ya no existen aerolíneas estatales.

Ambos proyectos coinciden en la necesidad de privatización, por lo que se busca unificar los puntos en común para lograr un dictamen único que refuerce la norma en el recinto.

El debate en la Cámara estuvo marcado por la oposición de los gremios aeronáuticos, quienes protestaron fuera del Congreso en rechazo a la privatización. Mogetta no dudó en cargar contra ellos, calificándolos como “delincuentes” y responsabilizándolos de poner en riesgo la viabilidad de la compañía. Señaló que si los sindicatos continúan interfiriendo en la gestión de la aerolínea, el Gobierno se verá obligado a venderla «en partes».

Aunque el oficialismo cuenta con el apoyo de sectores del PRO, la Coalición Cívica y otros bloques provinciales para avanzar con la privatización en la Cámara de Diputados, el verdadero desafío se encuentra en el Senado, donde la propuesta ya fue rechazada en ocasiones anteriores debido a la resistencia de los legisladores patagónicos. Estos representantes argumentan que una aerolínea privada dejaría de volar a destinos no rentables, perjudicando a regiones como la Patagonia, que dependen de Aerolíneas Argentinas para su conectividad.

El debate continuará la próxima semana, cuando el plenario de comisiones se vuelva a reunir para tratar los proyectos de ley en discusión, en lo que promete ser una discusión clave para el futuro de la aerolínea y su impacto en las finanzas públicas del país.

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