El Gobierno busca reducir la inflación mediante la disminución de la emisión monetaria
En un intento por controlar la inflación, el gobierno argentino ha intensificado sus políticas para reducir la emisión monetaria. El Banco Central ha implementado una «seca» monetaria, restringiendo la emisión de pesos y trasladando la responsabilidad de los pasivos remunerados al Tesoro Nacional. Esta estrategia tiene como objetivo desacelerar la inflación, que alcanzó un 4,6% en junio.
El gobierno cree que estas medidas permitirán una convergencia de la inflación con el tipo de cambio oficial, una precondición para liberar el cepo cambiario. Según el presidente Javier Milei, se espera que la inflación mensual se reduzca al 2%, centrada en la inflación núcleo, que excluye los precios estacionales y regulados.
La restricción de la emisión de pesos es vista por algunos economistas como una medida necesaria para frenar la inflación, aunque existen dudas sobre su efectividad y las posibles consecuencias en otros aspectos de la economía. La consultora 1816 señala que, aunque la política monetaria más estricta puede ser positiva a corto plazo, es necesario evaluar sus efectos a largo plazo.
El economista Aldo Abram destaca que la desaceleración de la inflación refleja la destrucción del valor del peso bajo la administración anterior. Si el Banco Central no utiliza instrumentos como las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI) para retirar los pesos excedentes, podría ser difícil alcanzar las proyecciones de inflación del 2% mensual.
Sebastián Menescaldi, de EcoGo, considera que es improbable que la inflación se reduzca a ese nivel sin la obtención de dólares adicionales. Si el gobierno no logra conseguir reservas, podría enfrentarse a un riesgo de reacomodación económica.
Federico Domínguez, asesor financiero, muestra un mayor optimismo, sugiriendo que la inflación núcleo está en camino hacia el 2% y que se necesitará un tipo de cambio fijo para consolidar esta tendencia. Señala que la clave está en reforzar las reservas mediante acuerdos con el FMI y otras entidades multilaterales.
El mercado también espera ver los efectos de estas medidas en la inflación de alta frecuencia. Datos recientes de PriceStats muestran una inflación mensual del 2,6%, lo que sugiere una posible desaceleración de la inflación subyacente.
Para alcanzar los objetivos de inflación, el gobierno necesita asegurarse de que todas las medidas implementadas funcionen en conjunto. La obtención de dólares mediante el blanqueo de capitales, privatizaciones y posibles acuerdos financieros es crucial. Además, el superávit comercial y el Régimen de Incentivo a las Exportaciones (RIGI) seguirán impulsando el ingreso de divisas.
La baja del Impuesto PAIS en septiembre y la convergencia de la inflación núcleo al 2% mensual son puntos clave a monitorear. Mantener un ancla fiscal y una política monetaria sólida son esenciales para garantizar la estabilidad económica y la baja del riesgo país.