El Gobierno anuncia el cierre de la Casa de la Moneda: una medida clave en la reducción del Estado

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En un nuevo paso hacia la consolidación de su política de ajuste, el gobierno de Javier Milei ha anunciado el cierre de la Casa de la Moneda, uno de los organismos más antiguos e icónicos del país. Este movimiento, que afectará a más de 1.100 empleados, forma parte de la estrategia de reducción del Estado impulsada por el actual mandatario, que ya ha cerrado otros entes públicos en su esfuerzo por disminuir el gasto estatal.

El cierre de la Casa de la Moneda

La Casa de la Moneda, encargada de la fabricación de moneda nacional desde 1875, dejará de operar en las próximas semanas tras la emisión de un decreto presidencial que formaliza su disolución. Según fuentes oficiales, esta medida se enmarca en un plan más amplio que incluirá el cierre de otros cuatro o cinco organismos estatales, aún no identificados.

Este anuncio llega poco después del cierre de Trenes Argentinos Capital Humano (Decahf), otro ente estatal desmantelado bajo la misma política de ajuste. En ambos casos, el gobierno ha justificado los cierres argumentando una “estructura sobredimensionada” y duplicación de tareas con otros organismos públicos, lo que, según aseguran, permitirá un ahorro considerable en las cuentas del Estado.

Privatización y tercerización de funciones

Con el cierre de la Casa de la Moneda, sus funciones pasarán a ser realizadas por empresas privadas a través de licitaciones. Esto significa que la impresión de billetes y monedas, que tradicionalmente ha sido una función estatal, ahora será gestionada por empresas que competirán por contratos gubernamentales. No se descarta, además, la posibilidad de importar billetes, algo que ya ha ocurrido en gestiones anteriores debido a las dificultades para satisfacer la demanda interna, especialmente en momentos de alta inflación.

Durante 2023, por ejemplo, la Casa de la Moneda tuvo que recurrir a compras internacionales de billetes en dólares, adquiriendo papel moneda de países como Brasil, España y China. La negativa del kirchnerismo a emitir billetes de mayor denominación, incluso frente a una inflación creciente, exacerbó esta necesidad. Aunque en condiciones normales la institución tiene la capacidad de producir los billetes necesarios para la economía argentina, la alta demanda y las restricciones políticas complicaron su funcionamiento.

Un ajuste en la administración pública

El cierre de la Casa de la Moneda y de otros organismos refleja la visión del gobierno de Milei respecto al tamaño y las funciones del Estado. La administración considera que muchas de estas instituciones tienen estructuras sobredimensionadas y que, en algunos casos, duplican las funciones de otras entidades estatales. El ejemplo de Trenes Argentinos Capital Humano, que empleaba a 1.388 personas y cuya disolución, según fuentes oficiales, representará un ahorro de 42.000 millones de pesos anuales, es un precedente de lo que podría ocurrir con la Casa de la Moneda.

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