La situación actual en Ecuador, marcada por la inseguridad, el narcotráfico y la corrupción, exige una respuesta efectiva y un liderazgo sólido para superar estos desafíos. El reciente ataque narcoterrorista en las provincias de Los Ríos y Esmeraldas es un recordatorio urgente de la necesidad de abordar de manera integral los problemas que afectan al país.

El pasado y las decisiones políticas previas han contribuido a la compleja situación actual. Los errores en la toma de decisiones, como la salida de la Base de Manta y la laxitud en el control de grupos beligerantes durante el gobierno de Rafael Correa, así como la falta de firmeza para controlar crisis como la de octubre de 2019 durante el mandato de Lenín Moreno, han dejado un legado de inseguridad.

La respuesta del actual gobierno de Daniel Noboa ante los ataques narcoterroristas es una medida necesaria para proteger a la ciudadanía y restaurar el orden. Sin embargo, es crucial reconocer que la solución a estos problemas no recae únicamente en el Poder Ejecutivo, sino que debe ser un esfuerzo conjunto de toda la sociedad.

El caso ‘Metástasis’ revela la infiltración de la corrupción en todas las funciones del Estado, desde jueces y policías hasta políticos. Esta red de corrupción ha debilitado la estabilidad democrática y ha facilitado la creación del caos por parte de grupos criminales.

La historia mundial demuestra que superar graves crisis nacionales lleva tiempo y esfuerzo. Ecuador debe mirar ejemplos cercanos, como el de Colombia, donde Álvaro Uribe Vélez lideró un plan integral llamado «Seguridad Democrática» para combatir la inseguridad y el narcotráfico. Uribe recibió un país azotado por la violencia y, con el apoyo de diversos sectores de la sociedad, logró implementar medidas que transformaron la realidad colombiana.

En lugar de centrarse en agendas electorales, los líderes políticos en Ecuador deben buscar la unidad nacional y construir consensos para abordar los problemas de seguridad. La paciencia, el trabajo conjunto y la sensibilidad hacia los más vulnerables son clave para encontrar soluciones a largo plazo.

La actual crisis también puede ser una oportunidad para redefinir el futuro del país. Ecuador necesita líderes comprometidos con la seguridad, la justicia y el bienestar de la ciudadanía. Es el momento de aprender de la experiencia y construir un futuro seguro y próspero para todos.

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