Descoordinación entre el Senado y la Casa Rosada.
El rechazo al DNU por parte del Senado ha expuesto una brecha entre el Senado y la Casa Rosada, profundizando la estrategia de confrontación que ha caracterizado la política reciente. El gobierno ha aprovechado este revés para reforzar su campaña pública contra lo que llama la «casta política», obteniendo apoyo de su electorado.
Victoria Villarruel, vicepresidenta del Senado, emitió un comunicado en redes sociales expresando su compromiso con la Argentina y su negativa a ser comparada con Cristina Fernández de Kirchner, mientras destacaba la independencia del Senado como un poder institucional.
La Casa Rosada, por su parte, emitió un comunicado expresando su preocupación por el rechazo al DNU, que consideraba vital para su plan de desregulación económica. Este comunicado fue interpretado por algunos como una crítica velada a Villarruel, aunque el gobierno lo negó posteriormente.
El presidente, Javier Milei, también se pronunció tras el rechazo del DNU, acusando a la clase política de socavar el Pacto de Mayo. Estos eventos evidencian la tensión entre el gobierno y el Senado, así como la falta de coordinación en la estrategia política.
El rechazo del DNU, aún vigente hasta su resolución en la Cámara de Diputados, complica las negociaciones gubernamentales en torno a la ley de bases y el paquete fiscal. La falta de consenso político y la confrontación pública pueden entorpecer la capacidad del gobierno para implementar su agenda legislativa.
El revés en el Senado también ha generado preocupación en la Casa Rosada, especialmente en relación con la falta de apoyo de algunos gobernadores y legisladores. La escasa interlocución entre la vicepresidenta y el gobierno, así como la presión de las redes sociales, contribuyen a la incertidumbre política.
En resumen, el rechazo al DNU en el Senado ha expuesto divisiones y descoordinación entre el poder legislativo y el ejecutivo, complicando la agenda gubernamental y profundizando la estrategia de confrontación política.