Cristo Negro de Portobelo.
El Cristo Negro de Portobelo, una icónica representación de Jesucristo con piel oscura, ha sido durante siglos el centro de devoción en la ciudad de Portobelo, Panamá. La estatua, cuyos verdaderos orígenes siguen siendo desconocidos, ha sido objeto de veneración y leyendas que mezclan cuestiones de raza y religión, convirtiéndola en uno de los objetos devocionales cristianos más singulares del mundo.
Según la leyenda, la estatua pudo haber llegado milagrosamente a la orilla del pueblo, encontrada por un esclavo negro mientras pescaba en el mar. Para muchos lugareños, la aparición de la figura del Cristo Negro fue interpretada como una señal divina de la presencia de Jesucristo entre ellos. Se cuenta que la llegada de la estatua coincidió con la desaparición de una plaga que azotaba la zona, lo que reforzó la creencia en su carácter milagroso.
Desde entonces, la estatua ha permanecido en la Iglesia de San Felipe, donde cada año se celebra una fiesta y un festival en su honor durante el mes de octubre. Durante el festival, los peregrinos viajan kilómetros hasta Portobelo, muchos de ellos vistiendo túnicas ceremoniales y gateando el último kilómetro como muestra de devoción. La estatua es llevada en procesión por las calles del pueblo, recreando el camino que se cree que tomó desde el mar hasta la iglesia.
Una de las peculiaridades asociadas al Cristo Negro es el fenómeno en el que, según la creencia popular, la estatua se vuelve demasiado pesada para ser llevada de regreso a la iglesia antes de la medianoche, lo que añade un elemento místico a la ceremonia.
El Cristo Negro de Portobelo es, por tanto, mucho más que una simple representación religiosa; es un símbolo de fe, devoción y la fusión única de la historia y la cultura en la región de Portobelo, Panamá.